9/3/21

                    El Silencio del Alma                           

Tal vez por mi edad a punto de cumplir setenta y uno, siento empatía con los familiares de
enfermos de Alzhéimer. Soy una persona que me gusta controlar en todo momento la situación desde siempre y suelo sufrir cuando por la razón que sea no la pudo controlar, tal vez sea ese el motivo de mi empatía, con los pacientes de esta dolencia degenerativa de la mente. De siempre me he preguntado qué es lo que pude sentir una persona afectada de esta dolencia.

 La vida y por ende el destino, me ha dado la oportunidad de descubrir lo que siente y padece la persona que pierde la memoria y busca de forma desesperada en su mente la historia del recuerdo que la vinculé con su realidad presente.

 El pasado jueves día treinta de junio me dispuse a realizar las actividades programadas a lo
largo de la mañana, esperaría a Julia –la joven que viene cada jueves- para abrirle la puerta
del porta y de la vivienda, una vez realizado el cometido, me dispuse hacer lo que todas las
mañanas realizo de forma metódica: recojo el diario en el estanco a las ocho y con las noticias frescas, me dirijo al bar, en que desde me he jubilado, suelo desayunar un café con leche y un croissant, a la vez que me empapo de lo acaecido en mundo y por ende en nuestro país.

Este día -como en otras ocasiones- compartí mesa y tertulia con dos compañeros con los que me une una estrecha amistad, dialogamos amigablemente sobre -cómo no podía ser de otra manera- la situación sociopolítica en nuestro país, después de un ameno dialogo llegamos a la conclusión, de que la verdad es de todos, pero nadie la posee. Uno de los participante en el dialogo, me sugirió si le podría acompañar, hacer unos recados que precisaba realizar con una cierta urgencia, ya que al día siguiente tenía previsto coger un vuelo hacia Brasil a pasar unas merecidas vacaciones. Una vez realizados los encargos, nos despedimos deseándonos mutuamente lo mejor para nuestras vacaciones estivales.

Había aprovechado la ocasión para comprar unas bobillas de bajo consumo, que él me sugirió como experto en la materia. Entre en casa sobre las once de la mañana, instale las lámparas de bajo consumo en los correspondientes apliques y finalizado en cometido mi esposa me llamo para que me setera a la mesa a desayunar, recuerdo que comí melón. Lo sucedido con posterioridad no lo recuerdo.

Según relata mi esposa, me había levantado de la mesa para dirigirme al dormitorio a calzarme unas zapatillas, (yo desde ese instante no recuerdo nada) la pregunte si recordaba si tenía que hacer algo importante, de lo que no me acordaba. No era capaz de recordar nada de la memoria presente, me sumí en una excitación y desespero que me genero una angustia vital insoportable donde el único recurso para mitigarla fue el sollozo. Le interrogaba a mí mente, pero mi alma no respondía.

16/2/21

 

Reducir el riesgo cardiovascular en edades tempranas frena el alzheimer

Una investigación relaciona la aterosclerosis con un menor metabolismo cerebral

Cristina Sáez:16/02/2021


Un laboratorio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares que dirige Valentí Fuster Emilia Gutiérrez

Reducir los factores de riesgo cardiovascular, como el colesterol alto o la diabetes, podría ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades neurodegenera­tivas. Un estudio del Centro ­Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en cola­boración con el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall Barcelona Beta Brain Research Center (BBRC) demuestra por primera vez que, a edades tempranas, existe ya una relación entre estos factores de riesgo, la aterosclerosis y cambios en zonas del cerebro que lo hacen más vulnerables a desarrollar, en el futuro, demencias y, ­sobre todo, alzheimer. El descubrimiento, que publican en la revista Journal of the American College of Cardiology (JACC), abre la puerta a poder intervenir sobre las enfermedades cardiovasculares, que sí se pueden ­tratar y modificar, para intentar evitar la aparición y evolución de una enfermedad para la que no hay tratamiento, como la demencia.

Que existe una relación entre los riesgos cardiovasculares y los riesgos de deterioro cognitivo, incluso años antes de que se manifiesten los síntomas clínicos de ambos tipos de patologías, se sabía desde hace años. De hecho, las enfermedades neurodegenerativas y las vasculares a menudo aparecen juntas en etapas avanzadas. Sin embargo, aunque se sospechaba, no se había podido demostrar esta asociación en las etapas iniciales. Los investigadores del CNIC y del BBRC han estudiado los factores de riesgo cardiovascular, como colesterol alto, hipertensión, diabetes, obesidad, de 500 individuos de una de media de 50 años que estaban sanos, pero ya tenían placas de aterosclerosis en sus arterias.

También han escudriñado qué pasaba en sus cerebros; en concreto, se han fijado en el consumo de glucosa, el combustible de las células nerviosas, porque una falta de glucosa afecta a la cog­nición.

“Hemos visto que hay una ­relación entre los factores de riesgo que dan lugar a enfer­medad de grandes arterias y una disminución de la entrada de ­glucosa al cerebro”, explica a La Vanguardia Valentí Fuster, director del CNIC.

“Esos factores de riesgo juntos son los que dan lugar a los infartos de miocardio y cerebrales, pero en ese caso el impacto, y sobre todo el de la hipertensión, es en la entrada de glucosa al cerebro y en el aspecto cognitivo”, añade.

A continuación, usando la tecnología de diagnóstico por imagen PET, que permite medir la actividad metabólica del cuerpo humano, vieron que aquellos individuos con factores de riesgo cardiovascular, pero sobre todo hipertensión, tenían afectadas las regiones temporal y parietal del cerebro, las mismas áreas donde comienza a manifestarse el alzheimer.

En esas áreas, los investigadores vieron que había un menor consumo de glucosa por parte de las astroglías, las células cerebrales que dan apoyo a las neuronas y que se encargan de extraer los nutrientes de la sangre y de activar mecanismos de reparación de las neuronas.

“El patrón de un menor me­tabolismo cerebral en estos ­pacientes sanos con mayor riesgo cardiovascular es el mismo que el de personas con alzheimer”, señala Juan Domingo de Gispert, al frente del grupo de neuroimagen del BBRC. Eso implica que “son cerebros menos plásticos, con una menor capacidad de compensar o de resistir un proceso neurodegenerativo”, añade.

Los factores de riesgo cardiovasculares engrosan las paredes vasculares de las arterias, lo que, a su vez, obtura los pequeños vasos sanguíneos que irrigan el cerebro. Esa falta de flujo, señalan los investigadores, es lo que lleva a una disminución de la glucosa en la zona y, al final, a afectar a la cognición. “Ya Alois Alzheimer cuando describió esta neuro enfermedad dijo que era vascular. Y es muy posible que se acelere por un proceso vascular”, destaca Fuster.

Poder intervenir en enfermedades cardiovasculares evita el deterioro cognitivo, según CNIC y BBRC

 

10/2/21

Yo mi Alzheimer

 Yo, mi Alzheimer

Hace ya casi, dos años que han trascurrido, que me diagnosticaron este enfermedad, en un principio pase por una crisis existencial, si algo bueno esta dolencia, es que cursa con proceso lento y permite adaptarse, después de un periodo de asimilación. Para la familia, el desarrollo de esta dolencia, no supone una carga asistencial elevada, si bien es cierto que la dolencia, pasa por periodos de estrés, en el ámbito familiar. 

Si algo bueno tiene la enfermedad, es que no padecemos dolencias añadidas, lo que nos permite realizar actividades, como trikini la natación ciclismo etc. Si bien no todo son laureles, en el entorno familiar, el  deterioro cognitivo nos hace pasar por periodos de agresividad involuntaria, meros ataques de ira que, suelen pasar con cierta frecuencia, al sentirnos deprimidos por la ausencia de memoria. La ausencia de recuerdos nos lleva a una depresión transitoria, el saber donde as dejado las cosas, que hace que nos sintamos deprimidos. La familia es un baluarte donde nos defendemos de la dolencia.

Con la lectura, de textos científicos (en mi caso) me permite, disfrutar durante su lectura, a la vez que, consigo recordar lecturas de textos científicos olvidados. Es primordial no en cláustranos en el hogar, debemos mantener relaciones con compañeros de trabajo y procurar recordar vivencias de un pasado, que no volverá. Debemos, adherirnos a excursiones en entornos naturales, procurando mantenernos en el grupo y no despistarnos, lo que seria un peligro para el excursionista y un desasosiego para el colectivo social. Hemos de gozar del paisaje. Yo ya he disfrutado en las excursiones y he padecido algún que otro despiste, el cual me ha generado un gran desasosiego. Es conveniente ir en grupo y mantener un recuento de los excursionistas, sobre todo si entre los asistentes hay alguno que padece Alzheimer. El mantener  un buen estado físico, es primordial así como la lectura, novelas, filosofia y textos científicos, yo soy el primero, en hacerlo.