28/2/11

Basta de embustes

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Parece ser que el gobierno ha encontrado un filón en la temática de salud para subyugar voluntades e imponer normativas, siempre claro está, en beneficio de los contribuyentes. Tengo la sensación que se avecina una nueva campaña de concienciación de ciudadanía sobre la conveniencia de modificar determinados hábitos lesivos para la salud individual y colectiva de sus ciudadanos. Supongo que a tenor de la “aceptación” de la Ley Antitabaco por el adicto, el gobierno se siente reafirmado y con vigor para iniciarla. Es curioso que siempre estas observaciones sean a posteriori, es decir, se nos informa de lo perjudicial de nuestro proceder años después de habernos generado dependencia.

El anticiclón de las Azores que nos ha acompañado durante unos días ha evidenciado de forma taxativa los elevados índices de contaminación atmosférica de nuestras ciudades —algo que no es una novedad— todo y que existen Administraciones (Madrid) que niegan la mayor, al distribuir las estaciones de control de la contaminación en lugares con bajo flujo circulatorio. La reiteración informativa de este hecho como algo inusual da que pensar “blanco y en botella” en una nueva campaña. Esta va ir encaminada a reducir de forma drástica el uso del vehículo privado.

Es obvio que se han de tomar medidas que reduzcan la contaminación ambiental. En su momento se considero que el uso de vehículos de gasolina generaba un mayor efecto invernadero que, el motor de gasoil al ser estos motores inyección poseen un mayor rendimiento y más bajo consumo. En 1994 el gobierno socialista implanta el Plan Renove con el objetivo de renovar el parque automovilístico se concede una subvención de 100.000Pts a la compra de un vehículo nuevo si el antiguo tiene más de 10 año y se envía al chatarrero. Desde la fecha se han subvencionado la compra de coche a través de Plan Renove (94/95) y Plan Prever (97/2011).

Estos planes han propiciado que el ciudadano haya optado a la hora de adquirir un vehículo, por el de gasoil, orientado por patrones de propaganda institucional: respetuoso con medioambiente; baja emisión de CO2; menor consumo por Km y un precio por litro de combustible más bajo respecto al de la gasolina.

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                           DGT

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                         Ministerio de Industria y Energía

Con fecha cinco de enero del año en curso, la prensa informó de la publicación en la revista Science of the Total Environment del primer trabajo que estudia cómo afecta la contaminación por partículas de 2,5micras (P2,5µ) emitidas por los tubos de escape de los vehículos —en especial los de motor a gasoil que emiten seis veces más partículas (P2,5µ)—, en la mortalidad a corto plazo por enfermedades circulatorias en una ciudad española.

A tenor de los datos que arroja el citado estudio: La asociación entre PM2,5 y mortalidad está ahí. Otros estudios, en otros lugares han obtenido resultados similares y existe el mecanismo biológico que explica cómo estas partículas penetran en las vías respiratorias, producen inflamación y acaban afectando a las arterias y provocando trombosis” Dr...J.Díaz: Investigador del Instituto de Salud Carlos III.

Cabe preguntarnos ¿Hace una década la comunidad científica ignoraba el efecto nocivo de las PM2,5µ?La respuesta: La fracción que representa un mayor riesgo para la salud son las PM10 y PM2;5 que por su reducido tamaño pueden penetrar directamente a la región torácica y ser tóxicas, cancerígenas, mutagénicas y teratogénicas” (Pope et al. 1995).

A día de hoy nos encontramos con precios similares en combustible y con un parque móvil (turismos) en igual proporción de gasoil que de gasolina , 8 Millones más que en 1994. No solo no se ha reducido la contaminación de dióxido de carbono (CO2) sino que se ha incrementado el oxido nítrico (NO) y partículas de 2,5 micras (PM2,5µ).

Si en 1995 ya se tenía conocimiento de la toxicidad de las partículas (PM2,5µ) ¿Qué motivos pueden justificar que un gobierno estimule la adquisición de vehículos a gasoil? Resulta obvio que razones economicistas en un sistema que magnifica la maximización del beneficio, en decremento de todo principio ético.

A tenor de lo expuesto se evidencia que priva más para el gobierno el PIB que la salud de los ciudadanos. Somos meras marionetas “productor/consumidor” carentes de toda razón crítica en manos del sistema.

14/2/11

Sentido

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¿Cómo dar sentido a algo sin sentido, me pregunto?

Así comienza mi peregrinar por el mundo al amanecer de cada día, me levanto cansinamente y me dirijo al cuarto de baño, donde me enfrento cada mañana a ese juez severo pero realista que es el espejo. Y es curioso, apenas me reconozco. Soy cual lamparilla de aceite que fluye en el mar de la existencia, una llama tenue que se agita con cada suspiro de un recuerdo, ya no hago historia, soy historia.

Con el transcurrir del tiempo la experiencia me ha despojado del aliento vital de la esperanza, ella me hizo avanzar por el desierto de la vida en pos de un espejismo de felicidad. Ahora a mi edad ya he alcanzado todo lo que podía alcanzar, a pesar de que hay quienes opinan que aún se puede avanzar más. Tal vez sea cierto pero, ¿En busca de qué? y ¿Cuál es el camino?

Cuando en la soledad del “retiro” hago balance de mí hacer, descubro no sin dolor, que me deje por el camino muchas pequeñas cosas por realizar: un beso, un abrazo, un instante de juego, un leerle un cuento. Por ¡Un más tarde! o ¡Seguro que mañana! Momentos todos ellos irrepetibles para aquellos que los reclamaban, mi inconsciencia quebró en ellos el deseo de una ilusión. Ahora su evocación deja muescas en mí corazón.

Durante años creí que todo aquello que me sucedía era un mal sueño llegando a confundir la realidad como “Segismundo”: que toda la vida es sueño. Tal vez la muerte sea el despertar o quizás: “el hombre sea un ser para la muerte” (Existencialismo). La sociedad de hoy tiende al más puro nihilismo donde es más importante “tener que ser” cuyo devenir es la ausencia de valores.

En este desandar el camino en busca del “sentido”, se agolpan en mi mente recuerdos de la infancia que al evocarlos descubro, un sentimiento del que nunca fui consciente al ser tan propio y natural para mí como el nuevo día, la confianza en la vida “mi madre”, era la luz en mi universo, ella todo lo hacía posible. La pérdida de mi madre a una edad temprana arruino mi “confianza radical” en la vida y por ende en el dios que ella creía. La crisis existencial que hoy me abruma siempre ha estado latente en mí, pero el furor de la batalla por la vida (social) la ha enmascarado.

El sentido de la vida no lo encuentro en las cosas (el ente), ni el todo vale me exculpa para alcanzarlas. He de recuperar la confianza radical en la vida (el ser), cual neonato en las ubres de su madre. Por qué en verdad somos —así lo pienso— seres que buscamos con afán al otro para poder con él y más tarde al evocar su recuerdo, alimentar al alma.

5/2/11

Sentimiento de un jubilado

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Vaya por delante, que no pretendo con este artículo ir en contra del derecho que tiene todo ciudadano a un descanso, a todas luces merecido después de arduos años de trabajo. Tampoco pretendo abogar por una jubilación a mayor edad que la actual, con el propósito de acercar el fin de la vida laboral al de la existencia, cosa que parece pretender el sistema a tenor de la nueva ley sobre la edad de jubilación aprobada. Menos aún arrebatar a los jóvenes el derecho a su incorporación al mundo laboral, en el que desarrollar todo su potencial formativo. Solo es una reflexión en voz alta de un jubilado que amó, cuan artesano, “la satisfacción del bien hacer” su trabajo.

¿Estarás contento, ahora ya podrás hacer lo que te agrade? Esta es la frase que más he escuchado en los últimos meses desde que me han jubilado, porque ciertamente yo no me he jubilado, “me han”. Esta es una más, entre las diversas frases típicas, que se suelen decir, cuando a uno le despojan de sus responsabilidades adquiridas a lo largo de años profesión.

Nadie cae en la cuenta, que lo que de verdad a uno le haría feliz, es seguir trabajando. Me pregunto de qué me ha servido la experiencia acumulada a lo ancho y largo de mi vida laboral, si llegado el momento de transmitirla a aquellos a los que debería ir destinada, ellos reclaman su derecho a equivocarse (como yo en su día).

Este sentimiento no es común a todos los “retirados”. En el entorno en que he desarrollado mi ocupación —enfermería— que mayoritariamente son mujeres, cuando hablo con compañeras ya jubiladas, una mayoría—por no decir todas— se sienten satisfechas con su nueva situación, lo que me ha llevado a reflexionar sobre la causa de tanta dicha. Tal vez la razón sea que la mujer puede dejar vida y el hombre solo obra.

Pretéritos son los tiempos en el que la sabiduría era un valor que se adquiría con el paso de los años. Hoy es suplida por una información instantánea — efímera en el tiempo— y un osado seudoconocimiento dirigido. Ya nadie al abuelo le consulta su saber de vida —a lo máximo— sus hijos y nietos le informan.

Me siento como el boxeador que lanza un directo a la mandíbula de su oponente y falla. Al no encontrar resistencia, siente un fuerte latigazo en su hombro, se le ha dislocado. Así se haya mi alma hundida, perturbada, privada de su obra inacabada. A que puede aspirar un alma, en su efímera existencia, sino a ser por su legado recordada.

Es frecuente —por lo general—escuchar en el hombre jubilado relatar sus males cotidianos: artrosis, lumbago, colesterol, hipertensión etc. Dolencias todas ellas de las que nuca fueron conscientes mientras trabajaban. Mi cuerpo —al igual que los suyos— reclama ayuda para un alma “dislocada”.

A veces, me abate por momentos una tristeza melancólica y pregunto al alma ¿qué esperas de la vida?... En otros me asalta una ira contenida contra el mundo. No me resigno a aceptar el destino de una vida sin sentido. Un ego ciego se resiste a que no hay que buscar afuera, aquello que no llevamos dentro. Tal vez el sosiego del alma, no se halle fuera, sino en mí. He de hallar una salida —cual “Teseo”— a este laberinto, en que me hallo inmerso. Acallando a esa voz que susurra incesante en mi interior, que reclama justicia para una obra inacabada. Con la humildad del perdón para un alma perturbada.

Quizás la vida sea como alguien dijo: "¡La vida no se trata de cómo sobrevivir a una tempestad, sino cómo bailar bajo la lluvia!". Tal vez aun me quede tiempo, en esta nueva etapa que comienzo, aprender a bailar bajo la lluvia. Ojala que así sea.

4/2/11

“¡Indignaros!” (Indignez-vous)

Crisis

Existen misterios indescifrables a los que solo podemos acercarnos desde la fe. Cuando aún siendo un crio comencé a tener curiosidad, me costaba entender desde mi razón, el gran misterio de la Santísima Trinidad. A mí curiosidad insaciable la pretendieron cercenar de raíz, con la clásica respuesta categórica a la que no cabe apelación: “es dogma de fe” me dijeron. Hoy existen misterios mundanos indescifrables en los que también es necesario “el dogma de fe” para aceptarlos, cual son los financieros “especuladores”. Entes incorpóreos que transitan por el mudo intrincado del “mercado”, que están haciendo hincar la rodilla a los estados democráticos y situando a sus cuídanos al borde de la penuria.

A la situación social actual no hemos llegado de la noche a la mañana, hoy recogemos los efectos de un proceder diseñado por la Escuela de Economía de Chicago liderada por Milton Friedman, premio Nobel de Economía (1976), que promueve el neoliberalismo económico, teoría que pretende reducir la intervención estatal en materia económica y social defendiendo el libre mercado como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país.

Tanto Margaret Thatcher primer ministro del Reino Unido (1979 a 1990) como su homologo Ronald Reagan presidente de los EEUU (1981 a 1989) fueron los artífices de llevar a términos las políticas económicas neoliberales: El poder político no debe, según ellos, tener influencia alguna en los movimientos de capital y en los negocios de las multinacionales, aunque vaya en detrimento del propio país que lo permite.

En nuestro entorno las operaciones de privatización de empresas públicas (EP) (desregulación e introducción de criterios “mercantiles”) empiezan a ser significativas en España a partir de 1985 (de forma más acusada a partir de la legislatura del Presidente José María Arnaz López (1996). Se aplican políticas acorde con el neoliberalismo: el mercado todo lo regula.

Unos años de bonanza, fruto de una la ley (Ley del suelo 13 de Abril 1998) que permite a los Ayuntamientos convertir terrenos agrícolas en urbanizables, genera una eclosión en la construcción, que propicia una demanda de mano de obra que contribuye a un proceso regresivo de tasa de paro. Por encima del 20% en 1998; al 8% en el 2008, década a la que podríamos denominar “la prodigiosa del ladrillo”.

Un ejemplo claro de éste sentir lo tenemos en la respuesta del Ministro de Economía Sr. Rodrigo Rato (El País Canadá 20/11/2003) a una interpelación del periodista sobre el coste de la vivienda en España: "La causa primordial, sin duda alguna, es que en España hoy se construyen 700.000 viviendas y se venden. Por lo tanto, no busquemos tres pies al gato. Quiero recordar que esas viviendas son 475.000 más de las que se construían hace ocho años. No creo que haya muchas industrias en España que hayan aumentado su producción en ese porcentaje y, sin embargo, los ciudadanos las compran".

Lo que para una minoría de los ciudadanos era obvio, que basar el crecimiento económico de nuestro país PIB: Valor de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un determinado periodo de tiempo (generalmente un año), en la construcción suponía un error. Para nuestros políticos era el referente de una buena salud económica, gracias a lo acertado de sus políticas laborales. Una tasa baja de paro y un crédito hipotecario asequible al adjudicar hipotecas a largo plazo a 30, 40 y 50 años, permite a la banca cubrir prácticamente sin avales su elevada demanda para la adquisición de una vivienda, a todas luces sobrevaloradas por la especulación.

La década “prodigiosa” fomenta en las familias la demanda de crédito, haciendo que estas endeuden por encima de sus posibilidades ante el espejismo económico, un “ídolo de pies de barro”. La facilidad con que la banca otorga crédito de “alto riesgo”:(debido a su tipo de trabajo, nivel de ingresos o historial de crédito del solicitante) no es gratuita para el cliente, al que se le aplica unos intereses más altos y se cobran comisiones más elevadas que en las habituales, al tener en cuenta su mayor nivel de riesgo.

Al pairo de la bonanza económica surge un nuevo espécimen social, el empresario “neoburges” , un proletario que “se ha hecho a sí mismo” que encuentra en la oferta y la demanda su mejor arma especulativa para la maximización del beneficio. El mundo del trabajo pierde la conciencia de clase ya nadie es un “obrero”: como mínimo especialista. El estado actual de la situación es fruto de la codicia de los acreedores y de la falta de cultura financiera del “obrero”. Obviamente en el reparto de culpabilidad hay grados, la verdadera artífice de la crisis es una banca especulativa. Porque en la penitencia está el castigo para el ciudadano por escuchar sus “cantos de sirenas”.

Esta crisis debería hacernos reflexionar, no solo sobre las causas, sino sobre las posibles alternativas al sistema que la ha generado. Un sistema basado en el crecimiento, producción y consumo, y cuya educación no tiene como objetivo formar ciudadanos provistos de valores, saberes y capacidades que fomenten en él la curiosidad y el escepticismo, esencias de toda razón crítica. Sino una educación subordinada completamente a la producción, instruyendo al ciudadano en valores y comportamiento de empresa: conocimientos, destrezas y actitudes.

En nosotros se halla la semilla del cambio: renunciando a la demagogia victimita, a favor de una actitud de acción, no debemos seguir indiferentes ante aquello que creemos que no funciona o es injusto. Hay que, “¡Indígnese!” (Indignez-vous), como dice el autor Stéphane Hessel en su libro. Por qué un mundo mejor aún es posible.