27/4/11

Populismo

Sin título-1

En las últimas elecciones Finlandesas el 27 de Abril del 2011 el partido Auténticos Finlandeses ha obtenido 39 escaños en la cámara, multiplicando por 8 el número conseguido en las anteriores elecciones del 2007. Este resultado podría ser anecdótico en el contexto de la UE hace una década, hoy evidencia una marcada tendencia del voto de la ciudadanía hacia partidos populistas de ideología de ultra derecha. Países históricamente liberales como Holanda en la actualidad tienen representación en el parlamento con 15.4% de los escaños, así mismo otros estados miembros: Austria(17.5%); Suecia(5.3%); Italia(8.3%); Francia(10.4%) en el que las encuestas de intención de voto para las próximas elecciones parlamentarias le otorgan un significativo 23% de los votos.

El político populista y por ende su partido, no se suscribe a una sola tendencia ideológica de derechas o de izquierdas, empero les une la prepotencia interpretativa de la voluntad del pueblo así como la definición del mismo. Para él la patria no es la suma de individuos heterogéneos y libres que constituyen una sociedad, sino un ente homogéneo cuyo destino en lo universal solo él conoce erigiéndose en su guía. Utiliza la demagogia para adular al pueblo con mensajes dirigido a los sentimientos, que no a la razón, aportando soluciones simples a problemas complejos.

Podemos considerar a la crisis actual como el catalizador capaz de activar sentimientos ultra-nacionales que hagan emerger de su letargo a partidos populistas, o fruto de nuestra indiferencia social al no asumir nuestra cota de responsabilidad como ciudadanos, al mirar para otro lado ante la corrupción y la injusticia, en la vana ilusión infantil de que otro lo solucione.

El día 1 de Abril se han cumplido 72 años del final de nuestra guerra civil, cuyo balance de víctimas supero el millón. El próximo día 8 de Mayo hará 66 años del final de la Segunda Guerra Mundial. Solo un pequeño porcentaje de ciudadanos que participaron en ellas se hallan vivos y otro solo la recuerdan de oídas. Una gran mayoría ignoran o tiene una vaga idea de que pasó. Quizás sea el momento para el recuerdo y la reflexión sobre las causas que las generaron. Si bien no fue la única causa el populismo demagógico, narcotizó a la ciudadanía mediante la exaltación del pensamiento único nacional, logrando cohesionar al pueblo en torno a un enemigo “el bárbaro” , el diferente. Recuperar la libertad costo 65 millones de vidas.

“Quienes no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo” George Santayana.

19/4/11

Descubrir

Sentí tras la puerta un grito gutural “Salz Bad suvito bitte” que me sonaba a un taco pronunciado por alguien muy alterado,— "Sal de baño suvito por favor" a mí como si me hablaran en alemán— yo a lo mío que no era otra cosa que darme un buen baño en un bañera a rebosar. El hecho de llenarla de agua caliente con la simple acción de abrir el grifo, suponía para mí un placer indescriptible, me venían a la mente las duchas públicas estrechas y oscuras de paredes de granito de color verde, o el tener que llenar la pila de la cocina de casa para lavarme a base de calentar agua en la cocina de carbón. Eran para mí los lunes el mejor día de la semana, podía usar la bañera. Para ellos, —los clientes— mi gozo de los lunes suponía, un quebranto en su aseo personal.

El primer saludo del día—en la cocina—era para el pâtissier , un hombre afable con el que me entendía chapurreando ambos, en italiano. Solía obsequiarme con alguna golosina. Si me daba a elegir, escogía de chocolate, —suizo— aún sigue siendo una de mis debilidades. La pastelería, si bien formaba parte de un todo, constituía por sí misma un departamento aparte.image

Me fascinaba, poseía un amplio ventanal desde el que se divisaba un hermoso paisaje, era un valle cerrado por un circo de montañas, entre las que destacaba una que sobresalía sobre el conjunto, por su majestuosidad, la formaban dos picos separados por una canal central por la que se deslizaba al fondo del valle la nieve. En los días claros al atardecer con la puesta de sol las dos cumbres— los gemelos como los “bauticé”— se tornaban de color rojizo. Su contemplación me evocaba a mis amigos de cordada —en la sierra de Madrid— y soñaba con hollarlo.

Mi madre me inculcó que el único tesoro que tiene el pobre es su dignidad y que pérdida esta dejamos de ser pobres pero dignos para convertirnos en vasallos sin dignidad. En el hotel los emigrantes —por oriundos del lugar— éramos tratados con una cierta rudeza, algunos solían soportarla probablemente por necesidad, otros con habilidad sabían sortearla e incluso sacar provecho de la sumisión. A mí la tiranía de clase me revelaba, lo que obviamente solía granjearme más de un problema de relación. Pero una circunstancia ajena a mi voluntad cambió la apreciación de los nativos sobre mí.

Además de fregar los utensilios de la cocina me encargaba de pelar patatas “kartoffeln” en la máquina al uso. Un día en plena demanda “kartoffeln” con la urgencia que se produce en una cocina en pleno servicio de comedor, la máquina se obturó, ni podía limpiar el desagüe, lo que hacía imposible seguir pelando patatas so pena de que el agua rebosara por encima de la tapadera e inundar la cocina.

Me dirigí al Chef— no paraba de reclamarme más patatas— para informarle de la situación, sin atenderme se limitó a gritarme “nichts, nichts, mehr, mehr, kartoffeln schnell schnell“ solo entendía: ¡patatas, patatas!. Ante la insistencia vehemente del Chef continúe “pelando” patatas a sabiendas que la cocina se inundaría.

Al cabo de un rato la cocina parecía un canal de Venecia. Cuando pasado el furor de la batalla que supone servir un menú para comensales expectantes, tomó conciencia el jefe de cocina de lo que había sucedido, gritando de forma colérica en la lengua Wagneriana, me espetó gesticulando “has de recoger todo el agua del suelo de la cocina, ya” a lo que señalando la hora en el reloj de la cocina, le dije en la lengua de Cervantes “ no me sale de los cojo…” son las dos y treinta, es la hora en la que acaba mi jornada y me voy a descansar. El agua la recogieron los otros emigrantes. Desde aquel día me llamaron el “españolo” y fui respetado.

14/4/11

Alternativa a la Obsolescencia programada

    Decrecimiento

    El cuatro de enero del presente año TVE emitió un cortometraje cuyo título era Comprar, tirar y comprar. El reportaje trataba de obsolescencia programada: el recorte deliberado de la vida útil de un producto para incrementar el consumo, so pretexto, de que él reduce el número de parados, lo que comporta ser consumidor para optar a un trabajo.

    No es necesario ser un experto —solo sentido común— para deducir las consecuencias a la que esta deriva nos avoca. Un sistema basado en: producción, consumo y crecimiento in aeternum, es a todas luces, insostenible para un planeta con recursos limitados como el nuestro. Existen propuestas como, por ejemplo: Decrecimiento; Desarrollo sostenible; De la cuna a la cuna “Cradle to Cradle” por citar las más en boga. Aunque en el ámbito del ecologismo son sobradamente conocidas y en él se producen debates en pro y en contra a la hora de elegir la más idónea, fuera del mismo son poco o nada conocidas a nivel de la ciudadanía.

    La aplicación de alguna de las propuestas citadas requeriría rediseñar el sistema productivo y comercial actual, basado en la maximización del beneficio. Si bien a mi entender no solo sería deseable sino necesario, a tenor de las proyecciones demográficas a corto y medio plazo (9.500 millones de habitantes al 2050) 7 mil millones a final del año en curso.

    Para subvertir la realidad presente es necesario la concienciación e implicación de la ciudadanía, capaz de provocar una regeneración de las políticas neoliberales hoy imperantes. La información sobre las posibles alternativas al “sistema” nos pueden de servir de base una reflexión: Si no superamos nuestra avidez consumista como paradigma de felicidad, ¿habrá un futuro?

    He aquí sin dogmatismo una terna de acciones para reflexionar, en búsqueda un nuevo paradigma social.

    Decrecimiento

    No es posible el crecimiento continuo en un planeta limitado. Cada vez es más claro que estamos superando muchos límites ambientales, por lo que la única estrategia que parece viable a medio y largo plazo es la del decrecimiento. No hablamos de un concepto en negativo, sería algo así como cuando un río se desborda y todos deseamos que ‘decrezca’ para que las aguas vuelvan a su cauce. Cuanto antes seamos conscientes de la necesidad de desprendernos de un modo de vida inviable, mejor para todos y para el planeta. Serge Latouche.

    Los avisos del Club de Roma en 1972 sobre los límites del crecimiento parecieron exagerados a algunos, pero lo cierto es que fue el primer aviso: un crecimiento económico continuo no es factible en un planeta limitado. Pese a ello la sociedad sigue impermeable a la realidad evidente: vivimos en un mundo finito, en el cual la falacia del crecimiento continuo es imposible. La palabra decrecimiento parece más adecuada que el término desarrollo sostenible porque su significado es claro: sólo hay un camino posible, vivir con menos, y el reto está ahora mismo en “vivir mejor con menos”

    La idea del decrecimiento nace de pensadores críticos con el desarrollo y con la sociedad de consumo, entre ellos Ivan Illich, André Gorz, Cornelius Castoriadus o Francois Partant, incluyendo en esta crítica la del fracaso del desarrollo en el Tercer Mundo, con autores como Vandana Shiva, Arturo Escobar, etc.

    Herman Daly, economista norteamericano que recibió el Nobel alternativo en 1996, propone la idea de que es posible una economía estable, con unas condiciones estacionarias de población y capital, el crecimiento 0.

    Según Georgescu Roegen, pionero del decrecimiento, la termodinámica ilustra la insostenibilidad ecológica de la economía neoclásica, el carácter ilusorio del crecimiento ilimitado. Añade que el crecimiento, la gran obsesión de los economistas capitalistas y marxistas, tiene que acabar, la pregunta es cuándo.

    Así pues, el termino decrecimiento no es nuevo. Empieza a tomar fuerza como movimiento en Francia en los años 90, donde diversos autores trabajan en su desarrollo teórico: Latouche, Cheynet, Schneider, Aryés… La revista del colectivo ecologista Silence le dedica ya un monográfico en 1993 y otro más reciente en 2002.

    En Francia toma forma incluso un partido político, que se presenta a las últimas elecciones, el PPLD (Partido por el Decrecimiento). En París en 2002 la asociación Ligne d’Horizon organiza el encuentro: Deshacer el Desarrollo, Rehacer el Mundo.

    Este mismo año se crea el Institut d’Études Économiques pour la Décroissance Soutenable, del que es presidente Serge Latouche, que es actualmente la cara visible del decrecimiento.

    Desarrollo sostenible

    Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades. Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992)

    El concepto de desarrollo sostenible refleja una creciente conciencia acerca de la contradicción que puede darse entre desarrollo, primariamente entendido como crecimiento económico y mejoramiento del nivel material de vida, y las condiciones ecológicas y sociales para que ese desarrollo pueda perdurar en el tiempo. Esta conciencia de los costos humanos, naturales y medioambientales del desarrollo y el progreso ha venido a modificar la actitud de despreocupación o justificación que al respecto imperó durante mucho tiempo. La idea de un crecimiento económico sin límites y en pos del cual todo podía sacrificarse vino a ser reemplazada por una conciencia de esos límites y de la importancia de crear condiciones de largo plazo que hagan posible un bienestar para las actuales generaciones que no se haga al precio de una amenaza o deterioro de las condiciones de vida futuras de la humanidad.

    La Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (Unesco, 2001) profundiza aún más en el concepto al afirmar que "... la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos"; Se convierte en "una de las raíces del desarrollo entendido no sólo en términos de crecimiento económico, sino también como un medio para lograr un balance más satisfactorio intelectual, afectivo, moral y espiritual". En esta visión, la diversidad cultural es el cuarto ámbito de la política de desarrollo sostenible.

    Los límites de los recursos naturales sugieren tres reglas básicas en relación con los ritmos de desarrollo sostenibles.

    1. Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.

    2. Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente.

    3. Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.

    Según algunos autores, estas tres reglas están forzosamente supeditadas a la inexistencia de un crecimiento demográfico.

    De la cuna a la cuna (Cradle to Cradle)

    La próxima revolución industrial para sus autores Michael Braungart y William McDonough.

    Tradicionalmente la consigna principal del ecologismo ha sido "Reducir, reutilizar, reciclar". Los autores proponen mediante este libro un cambio de enfoque. Reducir el impacto sobre el medio ambiente provocaría una ralentización del mismo, pero más rápido o más despacio estaríamos llegando a un mismo final. Frente a este panorama proponen que se atajen los problemas desde su misma raíz, es decir, que en vez de reducir los consumos de energía, nos centremos en que desde el propio diseño y concepción de cualquier producto, estrategia o política se tengan en cuenta todas las fases de los productos involucrados (extracción, procesamiento, utilización, reutilización, reciclaje...) de manera que ni siquiera sean necesarios los gastos de energía, incluso que el balance de gastos y aportes sea positivo.

    Llevado a un ejemplo práctico esto implicaría que si un edificio gasta mucha energía con el aire acondicionado y la iluminación, en vez de (o mejor a la vez que) optimizar el rendimiento de la maquinaria y la instalación de paneles fotovoltaicos, proponen concebir el edificio desde su inicio planteándose el aprovechamiento de la ventilación cruzada y de la iluminación natural, para no necesitar el gasto de energía que se produciría de otra forma. Incluso el edificio produciría más energía de la que consume (y depuraría el agua que pasa por él, etc).

    Los conceptos clave de la filosofía "de la cuna a la cuna" son intuitivos y enraizados en la imitación a la naturaleza, o de modo más preciso la conexión con ella:

    • La utilización de la energía que llega a la tierra ahora mismo (solar), en lugar de la energía almacenada en materiales procesados en el interior del planeta durante milenios (combustibles fósiles)

    • El cierre completo de los ciclos de materiales: en los ecosistemas del planeta, no existe la basura. Nuestras sociedades pueden hacer lo mismo diseñando todos los productos de modo que los materiales se reciclen en el mismo uso, o bien se reciclen "hacia arriba", es decir que el siguiente uso tenga más valor que el actual. Un ejemplo de este tipo de reciclaje real (que es el usado en los bosques y selvas del planeta) son materiales compostables: al integrarse en el ciclo biológico de materiales, una camiseta o par de zapatos compostables se convertirían en árbol, animal o nosotros mismos a través de la digestión de los materiales en compost y posterior fertilización de cultivos. El texto propone dos ciclos de materiales independientes e inmiscibles: el ciclo biológico (alimentos) y el ciclo técnico (aparatos, vehículos y otros bienes que no pueden mezclarse con los alimentos).

    • Celebrar nuestra influencia en el planeta: mediante la llamada "gestión de la culpa", está generalizada la sensación de que sería mejor si no estuviéramos aquí, contaminando y extinguiendo especies diariamente. Sin embargo, desde este punto de vista es muy difícil ser creativo y verdaderamente positivo. Tratar de ser "menos malo" no es ser bueno. No obstante, ser bueno es posible, y también más emocionante. Existen tecnologías actuales que permiten el diseño de procesos y productos de tal modo que el consumo sea beneficioso para el planeta, como sucede en los ecosistemas desde el principio de los tiempos.

    Sus propuestas van dirigidas a todo tipo de personas, especialmente aquellas que tienen en sus manos alguna capacidad de diseño o investigación, como arquitectos, empresarios, científicos, artesanos, ingenieros...

    ¡Porque un mundo mejor aún es posible!