25/7/12

El principio del fin

Estado del bienestar

La noche del jueves 9 de Noviembre al viernes 10 de 1989, se produjo la caída del muro de Berlín. Si bien supuso la liberación y reunificación del pueblo Alemán, hoy podemos afirmar que para los pueblos del sur de Europa, se nos cayó encima, y sus inevitables consecuencias están a punto de aplastarnos. Fue el inicio de la globalización económica y mercantil, el comienzo del pensamiento único, el neoliberalismo como único credo posible y el fin de la historia (Francis Fukuyama) y con ella el de la conciencia de clase. Surgía una nueva relación social: productor, consumidor.
A los derechos sociales del “The Welfare State”, se contrapone el “The Wokfar state” estado de prestaciones sociales condicionadas al trabajo. La culminación del proceso es La Unión Económica y Monetaria (UEM) .Con el nacimiento del Euro (año 2000) como moneda única, a la que no todos los estados de la UE se adhirieron, se crea el Banco Central Europeo, único emisor de la moneda común, lo que impide que los estados miembros puedan decidir su política monetaria. Los que si la pueden decidir son los estados de la UE que no se adhirieron, Reino Unido, Suecia y Dinamarca por destacar los mas antiguos. Todos ellos disponen de moneda propia y banco nacional emisor.
Es evidente que en los países del sur de la UE se está realizando, el ensayo general del nuevo paradigma del ultraliberalismo. Al igual que en los países ya intervenidos, la soberanía española no residirá en el parlamento, sino en los tecnócratas. De forma paulatina pero sin pausa se gesta una nueva plutocracia, no la de los ricos, si no la del mercado especulativo. Es difícil luchar contra un enemigo inasible y sin alma, cual es el mercado especulativo, pero es del todo imposible sin cohesión social y política.
La desafección política de la ciudadanía es cada vez más manifiesta, las causas: medidas de un gobierno que donde dijo digo dice Diego; la patente inoperancia dialéctica de la oposición a la hora de presentar alternativas a la política de rodillo del ejecutivo; la demagogia populista al proclamar que sin políticos hay vida. Aun somos unos muchos que por razón de vida, hemos padecido la ausencia de la alternancia política, y ahí si que no hallaremos vida sin sumisión. Si utilizamos la opinión pública (popular) para juzgar a las instituciones democráticas y no la razón critica (personal), estamos renunciando explícitamente e implícitamente a nuestros derechos y libertad.
“Toda realidad ignorada prepara su venganza” decía Ortega y Gasset. Pues bien, ya está aquí mal que nos pese y el Gobierno se empeñe en crear nuevos eufemismos para enmascarar una realidad. Sí, de facto estamos intervenidos, pero lo peor es que por una cantidad bastante menor —100.000 millones de euros— cuando en realidad se necesita unos 400.000 millones de euros. Aun desconozco la fecha en que se hará efectivo, pero la venganza de una realidad ignorada se cumple. ¿Y ahora qué?
El filósofo danés Soren Kierkegaard decía que “la historia vive hacia delante, pero es comprendida marcha atrás”. Quizás sea el momento de recordar.

18/7/12

Tiranía Democrática

El roto
“Hacemos lo que no hay más remedio que hacer” decía el Sr. Rajoy el pasado día once de los corrientes desde la tribuna del hemiciclo del Parlamento Español, de manera explícita e implícitamente reconocía que en los recortes a imponer a los ciudadanos, él era un mero vocero de la voz de su amo, la troika de la UE. Las continuas exaltaciones de júbilo de los diputados del PP ante cada anuncio de nuevas medidas draconianas de su jefe de filas, me retrotrajo a la era de la Democracia Orgánica del franquismo.
La cosa no acaba ahí, la oposición mayoritaria reconoció con pequeños matices que la situación actual del país requería de la necesidad de tales tragaderas, la verdad que para este viaje no necesitamos estas alforjas. Ante tal ultraje a los ciudadanos, y especialmente a los más necesitados, siento indignación con nuestro gobierno pero no menos con la mayoría de sus señorías —con loables excepciones— de la oposición que asiente estoicamente ante la ruina social de una mayoría de los ciudadanos. La desafección política en la actualidad es elevada, si bien toda generalización es a todas luces injusta, sus señorías hacen votos con sus privilegios. Una actitud más cercana y solidaria con el sentir del pueblo, colaboraría a rebajarla.
La tan cacareada opinión de que las medidas del gobierno son las únicas posibles para salir de la crisis, es en mí opinión una actitud antidemocrática. Su mayoría parlamentaria le otorga legitimidad democrática que no moral. Ante situaciones de este calado se impone un gobierno de concentración donde todos los votantes nos sentiríamos representados en él. Naturalmente si se requiere del esfuerzo de toda la ciudadanía para según nuestros políticos, salir de la actual situación no deseable, es de justicia que la aportación sea proporcional. De cada cual según sus posibilidades, para lo que se habría de tomar como referente la renta personal. Es injusto e insolidario utilizar el salario de los funcionarios, los impuestos directos IVA, así como la reducción de ayudas sociales a las clases desfavorecidas o la supresión de prestaciones sociosanitarias y educativas.
Cuando las bolsas de fraude—reconocido por el gobierno—son elevadas: según la segunda parte del último Informe de la Lucha Contra el Fraude Fiscal en la Agencia Tributaria elaborado por los Técnicos de Ministerio de Hacienda (GESTHA) a partir de la última estadística del IRPF-2009, declarado en junio del 2010. La evasión fiscal de las grandes fortunas, corporaciones empresariales y grandes empresas alcanzó los 42.711 millones de euros, lo que supone el 71,18% del importe total de las bolsas de fraude en España, un porcentaje tres veces superior al correspondiente a pymes y autónomos, como toda medida el ejecutivo propone una amnistía fiscal para los evasores de capital.
Dicen que el no conocer la historia nos condena a repetirla. La ignorancia de nuestro pasado reciente por nuestros jóvenes es manifiesta. Que nadie se llama a engaño, la impotencia ante la tiranía democrática más pronto o más tarde genera violencia.
Una pregunta se hace pertinente. ¿Si el presidente de una nación renuncia a su soberanía en aras de un tercero, habría de dimitir como tal? ¿…?
Fuente que consultar para ampliar información:
http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Diputados/RegEcoyProtSoc/regimen_economico_diputados.pdf 

11/7/12

La eterna codicia

Petroleo

Cada vez nos alejamos más de nuestra propia naturaleza en aras de una ciencia que supuestamente nos ofrece soluciones para todos nuestros males físicos y psíquicos. La vida es una actividad en la que nunca podemos detenernos, “parar es morir”. En base a este axioma buscamos en la ciencia la solución para nuestros males reales o ficticios, y que ella nos colme con su gracia para nunca tener que parar. Es más que evidente que hemos renunciado al sentido común, hemos delegado la responsabilidad de nuestra salud al depositar todo su capital en manos de los expertos. Bien es cierto que no todos pero si una mayoría, se sienten tentados por la codicia que les hace especular con nuestro capital biológico, creando enfermedad donde hay naturaleza y esperanza donde solo hay sufrimiento.
La estrategia es el disease morgering, la creación artificial de enfermedades, es decir, el intento de convertir procesos naturales en patologías susceptibles de ser tratadas con fármacos, como: la menopausia, la timidez o la tristeza. En un pasado reciente o en la actualidad: el déficit de atención con hiperactividad o la ansiedad ante la adversidad. Un ejemplo flagrante de la codicia a sabiendas del mal que generaban y que aún en la actualidad se realiza a pesar de la información existente sobre la inconveniencia para el paciente, es la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS) en la menopausia. Por una mala praxis clínica, tal vez por ignorancia o desinformación de la mujer, aún a sabiendas de los inconvenientes del tratamiento, se da el beneplácito a este por lo que comporta para la mujer el señuelo de la “eterna juventud”. Para muestra un ejemplo.
En los años ochenta del pasado siglo. Los sumos sacerdotes la ciencia de la Salud, glosaron las virtudes del tratamiento con estrógenos, “La pastilla de la eterna juventud”, para corregir o evitar los signos y síntomas del climaterio femenino. Eran tentadoras, la ausencia de: acaloramientos, los sudores, la irritabilidad, el dolor en la realización del coito y la sensación de sequedad vaginal. Prevención de: osteoporosis; riesgo coronario y sin confirmar la ayuda a prevenir la enfermedad de Alzheimer. Todas ellas divulgadas y avaladas científicamente por los sacrosantos científicos desde el púlpito televisivo.
En 1996 la Fundación Imperial para la Investigación del Cáncer, y Programa de Chequeo de Cáncer de Mama del Servicio Nacional de Salud (ambos del Reino Unido), comenzó el Estudio del Millón de Mujeres. Sus autores investigaron los efectos de la terapia hormonal sustitutoria (THS) en el cáncer de mama. A la finalización del estudio en el año 2002, señaló que aquellas que esperaron 5 años o más para comenzar una terapia hormonal tuvieron muy poco o nulo riesgo de cáncer de mama. Pero las que iniciaron mientras entraban a la menopausia tuvieron 43% más de riesgo. Con posterioridad un nuevo estudio WHI (Iniciativa de Salud para la Mujer) de Estados Unidos fue interrumpido por la FDA (Agencia de Drogas y Alimentos), al comprobar que la THS (Terapia Hormonal Sustitutiva) aumentaba el riesgo de cáncer e infartos.
El castigo que se aplica a los que hacen disease morgering siempre es inferior a los beneficios obtenidos. Dice un refrán castellano que: A burro muerto, la cebada al rabo. Quien nos devolverá la vida de aquellos a los que amamos.
Otros artículos relacionados:

                                                                     http://aalonsog.blogspot.com.es/2012/05/obsolescencia-social-programada.html

                                                                     http://aalonsog.blogspot.com.es/2011/06/supermercado-o-farmacia.html

2/7/12

¿Una posibilidad?

El grito
Las instituciones que han representado —sindicatos y partidos de izquierdas— a lo largo del siglo XX la lucha obrera por alcanzar derechos inalienables para el proletariado, en la última década del siglo XX así como en la actual, han ido perdiendo credibilidad ante el empuje del neoliberalismo, fruto del descrédito del comunismo y la nueva visión imperante de un mundo globalizado. La ausencia de bloques ideológicos ha generado en el mundo occidental el nacimiento de una nueva ideología, cuyos valores se fundamentan en la economía, no como medio sino como fin en sí mismo, cuyo espécimen del nuevo alumbramiento es el “Homo Economicus”, cuya razón de ser es la maximización del beneficio.
En una sociedad del todo vale, con tal de calmar a la permanente insatisfacción de nuestros deseos, la codicia es el valor supremo. Su consecuencia la actual crisis social y económica en la que nos encontramos inmersos, la sociedad de los mercaderes donde el ciudadano es moneda de cambio, dejando de ser el fin para ser medio para otros fines. Hoy a tenor de los hechos estamos volviendo de forma paulatina pero inexorable a tiempos pretéritos de nuestra historia cercana. Inocentemente —los mayores— la creímos superada para siempre.
Muchos nacimos vasallos por el poder de las armas, no todos han podido vivir la emoción de libertad que te otorga el derecho de escoger. Recordar la historia siempre es importante para no repetirla, más hoy se hace —a mí entender— imprescindible para aprender desde la distancia, separando con el cedazo de los años el grano de la paja, pues si muchas decisiones las cambiaríamos si pudiéramos hoy, de otras muchas habríamos de tomar nota para reinventarlas acorde con los tiempos, como instrumentos de defensa para no perder las conquistas sociales alcanzadas, “The Welfare State”, el estado del bienestar.
Es obvio que la conciencia de clase se ha perdido, nos hemos deslumbrado ante: “chico tú vales mucho”; “si tú quieres puedes” o “se ha hecho a sí mismo”, en forma y manera que hemos ido cambiando el bien común por el individual, el colectivismo por el individualismo. Hemos convertido la sociedad en una jauría social del sálvese quien pueda. La crisis y la situación de penuria social que comporta, nos ofrece una nueva oportunidad de retorno a las fuentes donde recuperar las esencias del colectivismo social solidario, como instrumento de cambio para subvertir la Europa de los mercaderes por la de los ciudadanos.
Es notable actualmente la creciente desafección política entre los ciudadanos, las críticas a los políticos son numerosas por diversas y justificadas razones: Ineficacia para resolver los problemas; Nepotismo; Impunidad ante la justicia; Corrupción; Ideología versus Intereses creados. Si bien el mutismo social o la indiferencia ante la mala praxis política reafirma al (político) corrupto en su actitud, la crítica generalizada contra la necesidad objetiva de su labor es preocupante toda vez que metemos a todos (los políticos) sin distinción en el mimo saco, lo que socava los fundamentos del sistema democrático que nos hemos dado, al considerarlo ineficaz para dar respuesta a nuestras necesidades de equidad y justicia.
La crisis cada vez es más lesiva para un mayor número personas, que ven como sus necesidades básicas cada día que pasa, son más difíciles de cubrir o inaplazables. Viéndose en la necesidad de recurrir a los servicios sociales, a lo que estos por razones presupuestarias no pueden satisfacer sus demandas, motivo que obliga al afectado a solicitar ayuda a instituciones de caridad.
Un porcentaje significativo de instituciones o entidades dedicadas a la ayuda social del necesitado son regidas por la Iglesia, y otras laicas. Su financiación es básicamente mediante subvenciones estatales, obtenidas directamente, o mediante la opción de señalar la casilla de nuestra declaración de la renta y cuotas solidarias.
Ante la situación de penuria social que esta crisis está generando me pregunto si no sería necesaria la solidaridad de la izquierda mediante la acción, o debemos resistir los “proletarios” estoicamente con el solo consuelo de la palabra. “La existencia determina la conciencia social” (Marx). ¿Hemos de permitir qué de nuevo sea la Iglesia la que determine? La desafección política de un ciudadano nutrido por la caridad de la Iglesia, es el germen del populismo o sea la vuelta a la “Democracia Orgánica” de un pasado no lejano.