El azar o el destino han propiciado que dos mujeres – Una septuagenaria pensionista, de condición humilde, de nombre Eladia, Ela para los yayoflautas. La otra sexagenaria de condición social pudiente “condesa de Bornos y grande de España” de nombre Esperanza – fueran juzgadas el mismo día, por una falta similar, desobediencia a la autoridad competente, en concreto a la Policía Municipal de Madrid.
Eladia, ha declarado en los juzgados por defender a unos manteros a los que la Policía Municipal de Madrid acababa de requisar su mercancía. Eladia cuenta lo que pasó: "Les digo si no les da vergüenza lo que están haciendo, irse riendo con la mercancía de unos pobres". Cinco meses después de los hechos acaecidos, fue condenada por el Magistrado a pagar una multa de 20€, pero recurrieron por dignidad y porque no se le dejó ejercer su derecho a la última palabra. Ahora Ela espera la sentencia, que puede ir desde una multa de 20 euros hasta la absolución.
A Esperanza, “el magistrado del Juzgado de Instrucción 14 de Madrid, Carlos Valle, ha decidido archivar el caso del incidente de tráfico protagonizado en abril del año pasado por Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid. Según el juez, no ha quedado suficientemente acreditada la desobediencia y las lesiones por imprudencia que se le achacaban a la también presidenta del PP madrileño”.
Habrá, eso sí, que pagar una multa de 200€ por aparcar indebidamente, lo que la permitirá postularse a las próximas elecciones municipales por el PP.
Dicen que, la justicia es igual para todos. A tenor de lo acaecido ayer en los Juzgados de Madrid, va a ser que no. No es uno se acabe de caer de una higuera y no sea conocedor del percal que gastan algunos magistrados, a la hora de impartir justicia, pero parece que está visto que existen para algunos jueces dos varas de medir, la de los poderosos y la de los proletarios. Que Dios nos coja confesados, pues la justicia en este país, se ha convertido en un dogma de fe.