17/1/16

La cordura ante la tozudez



Después de unos meses, en que las  encuestas  daban como favoritos a los partidos emergentes  y la prensa los entronaba en el poder, al otorgarles – según sus encuestas- la  posibilidad  de desbancar a los de “la vieja política” del poder hegemónico,  ejercido  en las últimas décadas.  Los resultados de las elecciones del  veinte de Diciembre, han mostrado que no todo el pescado estaba vendido. Las posibilidades de coaliciones entre si son ciertamente complejas, bien es cierto que estamos al comienzo y nos queda hasta marzo para acodar un gobierno con posibilidades, antes que abocarnos a unas nuevas elecciones. A mi entender dada la situación social y económica en la que nos hayamos y teniendo en cuenta que este año se cumple el 38 aniversario, del referéndum de la Constitución Española. Sería deseable para la estabilidad del país, una nueva transición política como la del 77, sobretodo sus espíritu de concordia que la hizo posible.

La actual situación sociopolítica, a tenor de los resultados acaecidos en las elecciones del 20 de diciembre pasado (2015), augura escasas posibilidades - a mí entender - de llegar acuerdos con garantías de estabilidad política, una salida posible al entuerto sería, una coalición entre los partidos mayoritarios (PP y PSOE) que dejara abierta la posibilidad de la incorporación de otros partidos, con propuestas programáticas abiertas a modificar la constitución del 78, que recogieran el sentir identitario de las nacionalidades, que vertebran y conforman nuestra piel de toro, y  por ende mejoras en derechos sociales y laborales que dignifique a la ciudadanía, haciéndonos más iguales en derechos y obligaciones, seria a mi parecer, lo que nos permitiría estabilidad política y económica de cara los mercados. No se puede obviar que, en el mundo globalizado hoy, las políticas de los países están marcadas por los mercados financieros. Nuestro país tiene una deuda del 96% del PIB y una rémora de diez mil millones de €  con UE para los presupuestos del 2016. No podemos o no deberíamos permitirnos que la pasión nos ciegue, deberíamos ser pragmáticos a la hora de configurar coaliciones políticas.

Los partidos mayoritarios deberían ser generosos y propiciar las alianzas mediante un pacto de legislatura con el objetivo de no retroceder socialmente. Somos muchos, los que esperamos un reconocimiento al duro camino recorrido a lo largo de estos cuatro años. Errar  por una estrategia partidista a la hora de configurar gobierno, frustraría las esperanzas de los más necesitados: A saber, los menesterosos, los parados de larga duración, los desahuciados por impago, los que padecen la pobreza energética,  los trabajadores a tiempo parcial, los que perciben un salario de subsistencia, los jubilados que ayudan a sus hijos y nietos y los que viven de la solidaridad.

Porque todos ellos, han votado en estas pasadas elecciones esperanzados y  no comprenderían  una actitud  pasional o mezquina, en la que “yo me saco un ojo, pero a ti te dejo ciego”. En esta legislatura, más que nunca, debería imponerse el pragmatismo social.