20/11/12

Jaula de grillos

Jula de grillos
Dice un refrán que “Donde no hay harina todo es remolina”. En nuestra casa común por el momento hay más inquina que paz sosegada para hacer frente a los múltiples problemas que nos agobian, cegando nuestra mente e impidiendo cualquier atisbo de cordura que haga posible tomar las medidas pertinentes para su resolución. Es una lucha de todos contra todos en un barco a la deriva.
La pasada huelga general del día 14 de Noviembre, ha tenido críticas exacerbadas contra los Sindicatos por parte de la derecha moderada y neoliberal, desde posturas tan radicales como que había que abolirla o regularla, a que es un medio reivindicativo arcaico de comienzos del siglo veinte que ya no tiene cabida en los tiempos actuales. No es nueva esta actitud de la derecha contra los sindicatos ante cualquier acción sindical en defensa de los derechos trabajadores. Es frecuente escuchar o leer en sus mass media afines, que a tenor de la exigua afiliación sindical estos no representan al conjunto de los trabajadores, así mismo cuestionan la subvención por parte del estado, abogando por la negociación directa entre empresa y asalariado. No es mí intención hacer una defensa numantina de los actuales sindicatos, y reconozco que son sustancialmente mejorables, sino denunciar que se diga lo que se diga, no son los únicos culpables.
Estos mismo mass media no cuestionan el incumplimiento del programa con el que la derecha llegó al poder en el mes del noviembre del 2011. Aducen en su defensa a la herencia dejada por el gobierno anterior. Si no la conocían, vana e ineficaz oposición eran y si la conocían sus propuestas electorales eran mera artimaña para captar electores. Afirmar que la huelga general ha sido un fracaso para los convocantes y a la vez reconocer (ante la evidencia) que las manifestaciones posteriores han sido un éxito popular, es puro cinismo. La injuria y la mentira, políticamente en este país generan réditos. Si mal vamos con este gobierno, mero portavoz de la voz de su amo (señora Merkel), que decir de la oposición que después de una derrota electoral humillante y un congreso de más de lo mismo, es incapaz de articular una alternativa política, limitándose a decir que hacen “una oposición responsable”.
En democracia, las dos terceras partes de la ciudadanía han vivido de bien a mejor, el resto de mal a mejor. Quizás por ello los “yayo flautas” seamos más conscientes de lo que se nos viene encima. Si no somos capaces de aunar esfuerzos en pos del consenso como en la transición, mal vamos. Ya no se trata de quién tiene razón, ni de quien provocó el incendio, sino de cooperar todos para extinguirlo. La situación actual con el nacionalismo que proclama ser puerto seguro donde refugiarse y no zozobrar en el mar de las dudas por el que navegamos, no facilita las cosas a mí entender. Es un craso error. Hemos de remar todos sin exclusión en la misma dirección, si de verdad queremos arribar a buen puerto.

No hay comentarios: