Un jubilado socialista.
La salida y La vuelta
Salvando las distancias que obviamente existen, entre el año 35 de siglo pasado y la actualidad política a día de hoy en nuestro país.
Si bien la situación socioeconómica es mejor -aunque- sustancialmente mejorable. Los sentimientos propios de nuestra idiosincrasia, no han cambiado “genio y figura hasta la sepultura” decía mi abuela y no le faltaba razón.
Salvando las distancias que obviamente existen, entre el año 35 de siglo pasado y la actualidad política a día de hoy en nuestro país.
Si bien la situación socioeconómica es mejor -aunque- sustancialmente mejorable. Los sentimientos propios de nuestra idiosincrasia, no han cambiado “genio y figura hasta la sepultura” decía mi abuela y no le faltaba razón.
Me
hace temer que la crisis del socialismo, a pesar de la victoria indiscutible,
del candidato Pedro Sánchez a presidir el partido Socialista, aún no ha concluido.
Su
destitución fulminante por el Comité Federal - el 1 de octubre del 2016- fue
esperpéntica y humillante para él y sus colaboradores, que pasaron de una
defensa numantina, a negar horas más tarde que le conocían. Aquellos que le
apoyaron -no muchos- hoy piden venganza, reclaman que pidan perdón los que le humillaron,
siento que no es momento de hacer leña del árbol caído, a mi entender, craso error, no es momento de revancha
sino de generosidad.
Como
militante socialista por el bien del partido, -yo no le he votado- todos hemos
de reconocer su victoria y ponernos a su disposición. De lo contrario
favoreceremos a una derecha corrupta y al populismo de izquierdas.
Un militante
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