17/6/10

Patriota

Patriota a Por una vez el destino hace justicia, me refiero a la victoria de Suiza sobre España, o lo que es lo mismo Barça 0 Suiza 1, ha vencido un país de banqueros (usura) a los nuevos ricos (futbolistas) patriotas. Anhelo que vuelva a casa lo antes posible y así poder ahorrarnos los seiscientos mil € por barba y doble para el cuadro técnico que se van a llevar por ganar “jugando” el mundial.

Uno siente vergüenza ajena cuando de las treinta y dos selecciones que compiten  en el mundial de futbol, España es la que otorga las primas más altas y paradójicamente contrasta con las de Alemania la segunda en cuantía, con trescientos veinte mil €, un país que económica y socialmente está a años luz del nuestro.

Cabria que ahora que se va elegir el día E el próximo 19 de Junio en el Instituto Cervantes la palabra más popular en castellano, fuera la de Patriota pero no para ensalzarla si no para corregir su significado: El que ha realizado algún sacrificio por ella (D.U.E de Mª Moliner) por otra más acorde con los tiempos actuales por ejemplo: El que la exprime mejor.

Ánimo que quedan pocos días para sugerir significados

16/6/10

Reflexiones sobre un ¿Por qué?

sociedad enferma

Hace unas semanas estando en el bar al que suelo ir cada mañana a tomar un café mientras ojeo el diario, sin pretenderlo —hablaban en voz alta— escuché una conversación entre dos parados del barrio:

No hay derecho, es una injusticia. Ciertamente no se puede tolerar ¿Habrán de hacer algo?

—decía uno de ellos, cargado de razones—

Porque, digo yo, ¿quien le da los pases al Messi?

—se preguntaba—

El Iniesta

confirma el compañero—

Entonces, ¿como es posible que a Messi le paguen diez millos de € al año y al Iniesta solo cuatro?

Cuanta injusticia, hay hoy en día, en el mundo— afirmaban ambos—

Al escuchar —de forma involuntaria— está conversación, sentí la necesidad de escribir el presente artículo, e invitar a reflexionar sobre las preguntas que me hice:

¿Cómo con un 20,05% de tasa de paro (4.612.700 parados) mostramos una postura social tan anodina?

¿Cuál es el “soma” si existe que anula nuestra voluntad?

¿La indiferencia social es la causa o el síntoma de una sociedad enferma?

1ª ¿Cómo con un 20,05% de tasa de paro (4.612.700 parados) mostramos una postura social tan anodina?

Contextualización:

El sistema “neoliberal” que comenzó a gestarse a mediados de la década de los setenta en la Escuela Económica de Chicago. El impulsor fue el Premio Nobel de Economía Milton Friedman (1976) cuya teoría sostenía que: las empresas no tienen otra responsabilidad que la de maximizar sus beneficios y no de dedicarse a la filantropía y la acción social. La asunción de la teoría neoliberal por mandatarios políticos como: Margaret Hilda Thatcher primera ministra en el Reino Unido entre 1979 y1990; Ronal Reagan presidente de los EEUU entre 1981 y 1989. Así como el hecho acaecido el 9 de noviembre de 1989, Alemania, con la caída del muro de Berlín y su posterior unificación. La desmembración de URSS y por ende la desaparición de los bloques. Propicia el auge del sistema neoliberal basado en el monetarismo especulativo que a tan amarga situación nos avocado hoy con su “economía canalla”.

En el transcurso de estás décadas hemos ido perdiendo de forma paulatina la conciencia de clase de “trabajadores”, a día de hoy son pocos los que así se consideran, se hacen llamar técnico, experto, empleado o en su defecto se reconocen por la ocupación que desempeñan, todo menos obrero o trabajador, denominación arcaica que ya no va con los “tiempos modernos”. Paradójicamente el sufrimiento laboral, aunque diferente al del nuestros mayores, es si cabe más cruel, en suma, hemos perdido lo que en tiempos pretéritos cohesionó al proletariado en la lucha social, la conciencia de “ser”.

Respuesta:

Un espíritu individualista “del sálvese quien pueda” anula todo sentimiento de empatía o proximidad, la ausencia de compasión nos impide ponernos en el lugar del otro(el desocupado). Fruto de ello es un afán competitivo, —desmesurado—que frena toda acción colectiva.

2ª ¿Cuál es el “soma” si existe que anula nuestra voluntad?

Contextualización:

Sería fácil atribuirlo a la magnificación que el sistema hace a través de los mass media del héroe o héroes, convirtiéndoles en imágenes de culto y estereotipos a imitar, si bien hay una parte de certeza, no es ni la única causa, ni la más poderosa.

Un anuncio que pretende estimular en el ciudadano el deseo de comprar un número de la ONCE, es un breve pero significativo ejemplo de cómo nos sentimos. Explica el anuncio: Se ve a un grupo de gente “felices” y saltando de alegría, les ha tocado el premio máximo y se oye una voz en off que dice “tú también algún día puedes pasar al otro lado” comprando un numero de la ONCE. El otro lado es la clave, está el poder que te otorga el dinero y la “felicidad” que supone poseer todo lo que él te da. En este lado no existe la posibilidad de ser feliz, solo la rutina del pobre, el “trabajo”.

Respuesta:

La desigualdad social nos obliga a aparentar lo que no somos, para ser reconocidos por una sociedad donde el tener es más importante que el ser. La publicidad nos marca el camino a seguir para lograrlo. Hemos renunciado a la individualidad personal que nos hace irrepetibles, a compartir nuestra riqueza a la vez que enriquecernos con el otro, por un individualismo colectivo de las formas, que anula voluntades.

3ª ¿La indiferencia social es la causa o el síntoma de una “sociedad enferma”?

Contextualización:

La guerra mundial de los años cuarenta del pasado siglo fue la primera en la que la sociedad civil se vio afectada, la lucha entre los contendientes no se limitó al frente, sino castigó de forma disuasoria a la población indefensa. El primer ensayo de la nueva técnica militar, lo pudimos ver y padecer en la guerra civil española con los bombardeos indiscriminados de la aviación en las ciudades, un ejemplo ilustrativo es el bombardeo de Guernica por la aviación “alemana”.

La lucha contra el fascismo generó cincuenta millones de muertos y la destrucción de la Europa democrática, el dolor solidario cohesionó a sus ciudadanos. Había que reconstruir el viejo continente. Los EEUU vieron una oportunidad para sus intereses económicos y políticos y en 1947 propuso a la Europa Occidental el famoso Plan Marshall. Su aplicación hasta 1952 generó el nacimiento del Welfare State o Estado del Bienestar, donde el Estado provee a los ciudadanos de garantías sociales. En España su instauración y desarrollo se inicia en 1977 con el Pacto de la Moncloa.

El progreso tecnológico tiene su evolución más significativa en el último tercio del siglo veinte y durante la década del presente. La conjunción de tecnología productiva que requiere menor mano de obra, con el monetarismo “neoliberal” que potencia la especulación sobre la producción, provoca la precarización laboral. Esta precariedad genera una escisión entre los trabajadores: los que tienen trabajo y las victimas del desempleo “parados”.

Respuesta:

Los efectos que produce la precariedad, entre los trabajadores son diversos, pero yo destacaría como el más esencial el miedo a perder su estatus laboral, lo que le convierte en un ser proclive a la sumisión que neutraliza cualquier intento de movilización colectiva contra el sufrimiento, la dominación y la alienación. Nos volvemos silenciosos, ciegos y sordos ante el sufrimiento ajeno, llegando a aceptar el nuestro como mal menor necesario. Cada cual debe preocuparse en primer término de “mantenerse a flote” pues “no hay nada que hacer”. Tal vez cabría recordar el eslogan de los campos de trabajo nazis: El trabajo os hará libres

Obviamente a mi parecer la indiferencia social es un síntoma, uno más, en una “sociedad enferma”.

1/6/10

Copago sanitario

sanidad

    Hoy, después de ir hacer un encargo para una vecina—una anciana de ochenta y nueve años— de mi escalera, se trataba de ir al ambulatorio del barrio a solicitar a los servicios sociales la Teleasistencia que consiste en la instalación de un sistema de “manos libres” con el que, el usuario se puede comunicar con el centro sociosanitario para requerir ayuda las 24 horas del día y los 365 días del año.

    He sido atendido amablemente por un Trabajador Social que una vez rellenado un impreso con los datos del futuro usuario y de comunicarme que es preceptivo un informe médico, me ha comentado —para mi sorpresa— que ha de tener “un poco” de paciencia, entre siete u ocho meses, para su adjudicación. He salido un tanto trastornado —al pensar— que quizás mi anciana vecina no tenga la oportunidad de disfrutarlo, a tenor de su patología.

    Absorto en mi pensamientos me he encaminado al bar donde cada mañana tomo el café y leo la prensa —uno de mis vicios— después de cómo siempre recordarle al camarero que en vaso y con la leche caliente. Al hojear el periódico me ha sorprendido la noticia de que los “expertos” consideran necesario que el gobierno imponga a los ciudadanos el co-pago sanitario como medida de ahorro y esponjamiento en el uso del sistema sanitario. Sensible por los acontecimientos matutinos, la noticia ha sido un aldabonazo a mi sentido común, lo que me motiva hacer una breve reflexión pública a través de presente artículo.

    Contextualización

    El coste sanitario por cápita en nuestro país es de 1816 € anuales con los que se presta una atención integral a toda la población, todo siendo el más barato de la UE,  proporciona una mayor cobertura.  Esto supone un tercio de los ingresos recibidos por las arcas del Estado el año pasado, 9,5% de PIB. La partida en la dispensación de fármacos es el 32% del presupuesto, superando en siete puntos a la media de la UE. La frecuentación es de 8,1: las veces que vamos al médico al año. Es superior significativamente a la media de la UE.

    El prestigio de nuestro Sistema Nacional de Salud por prestaciones y calidad es apreciado por los habitantes comunitarios que origina “el turismo sanitario”, gravando en forma y manera nuestros recursos. De igual manera, la oferta laborar tentadora por parte de algunos estados miembros de la UE a nuestros profesionales sanitarios, menguan nuestro capital humano. Nosotros los formamos y ellos los disfrutan. Si tenemos en cuenta el aspecto demográfico en nuestro país, es algo que no nos podemos permitir.

    El aumento de la esperanza de vida es de 80,5 año de media (77 en hombre 84 en mujer). El índice de envejecimiento es del 22% con un aumento progresivo de personas mayores de 80 años. Si bien con la llegada de emigrantes durante la última década ha supuesto un balón de oxigeno para nuestra pirámide demográfica, pero no lo suficiente para equilibrar el reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer fértil).

    En la actualidad es de 1,48 hijos (valores del 2008) el más positivo desde de los años setenta. A tenor de los datos, es lógico pensar como poco viable alcanzarlo en las próximas décadas. Circunstancia esta que evidencia una sociedad con un alto índice de senectud. Lo que presupone que la tasa de actividad: el número de personas en edad de trabajar (entre 16 y 64) decrecerá.

    Obviamente los datos que aporto para la reflexión podrían ser más extensos, pero considero que a pesar de ser pequeñas pinceladas son suficientes para situarnos en el contexto.

    Análisis

    La primera pregunta que cabe hacernos es: ¿Podrá el sistema soportar el incremento de demanda asistencial?. A mi entender, todo y que me declaro lego en economía, por sentido común la respuesta es no. Un sistema que supera año tras años en su presupuesto anual un 10% acumulable está condenado a la quiebra.

    ¿Es acertada la propuesta de la administración del co-pago como una solución? No, porque sería discriminatorio con un colectivo “el pensionista” que por necesidad real o sentida es el que mayor demanda sanitaria solicita. Cuyos ingresos mensuales no superan de media los setecientos €. Teniendo en cuenta que el sentimiento de ahorro ”para una necesidad futura” se haya muy arraigado en la senectud, todo y que, cuando se les pregunta que valoran más, dicen la salud. Comportaría una autoexclusión sanitaria.

    Propuestas

  1. El 32% del presupuesto del Sistema Nacional de Salud es para la dispensación de fármacos. En la actualidad la dispensación se realiza suministrando al usuario un envase con el fármaco para su autoadministración. Habitualmente las dosis que contienen no cubren lo que requiere el tratamiento, circunstancia que obliga a adquirir un segundo envase, con lo que supera en un porcentaje lo requerido. La aplicación de la unidosis evitaría un despilfarro innecesario. El uso de genéricos es todavía bajo en todo el estado. En Catalunya paradójicamente cada ciudadano tira 6Kg de medicamentos al año.

  2. Es deseable que el SNS devuelva al ciudadano la responsabilidad de su salud , que le fue secuestrada merced al progreso tecnológico. Mediante una educación sanitaria, al ciudadano desde la asistencia primaria y la implementación de recursos en la medicina preventiva. La asunción de que la salud es un capital para toda vida y que consecuentemente no debemos despilfarrarla es una enseñanza a inculcar.

  3. La ausencia de conciencia histórica que nos haga conscientes de donde partimos y donde estamos, nos avoca a menospreciar o infravalorar aquello que poseemos. Sería de menester informar al ciudadano de los logros sociales alcanzados, no para acallar la critica, sino para hacerla constructiva, para un bien común.

  4. El aumento de personas mayores de 65 años y superiores a 80 no tiene correspondencia con el aumento de especialistas en geriatría en nuestro SNS. Lo que genera una gerontofobia sanitaria que parte de estereotipos como el que la enfermedad es consustancial con la vejez.  La instauración de más personal especialista en gerontología sería positivo para la atención de un colectivo con un elevado índice de comorbilidad.  Lo que permitiría una mejor atención asistencial al paciente a la vez que generaría un ahorro al SNS al racionalizar el tratamiento.

  5. Entiendo que es necesario preguntarnos: ¿El progreso de la tecnología médica puede alargar y mejorar la calidad de vida en la edad avanzada, indefinidamente?. ¿A qué consideramos calidad de vida?. ¿En el testamento biológico se habría de poder incluir la eutanasia activa?. ¿Debemos exigir corresponsabilidad al paciente en el tratamiento médico quirúrgico?,  ¿? etc…

Obviamente vamos a una sociedad que se habrá de enfrentar por primera vez a lo largo de su historia a que, la población mayor de 65 años, supere a la comprendida entre 0-15 años. Según las proyecciones demográficas en tres décadas la llegará a doblar en porcentaje. Ante este futuro “teórico” cabe reflexionar y elaborar propuestas sociosanitarias que sin el menoscabo de los derechos de los mayores no hipotequen el futuro de aquellos que han de llegar a serlo. El ocultar la cabeza como la avestruz ante la realidad que no agrada, o la indiferencia social, no nos librara del sufrimiento.