3/10/11

Contemplación

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Hace algún tiempo, realice mí autorretrato literario, decía: Me miro en el espejo y observo mis rasgos físicos, esos que veo cada día al afeitarme, y, es curioso casi me resultan desconocidos, quizá porque hace demasiado tiempo que no reparo en ellos.
También detallaba los mismos tratando de interpretar en ellos mi historia vital, comentaba: Hay cicatrices de la vida marcadas en el rostro, y los ojos delatan el cansancio de tanto mirar para otro lado. El cabello negro, al igual que las cejas y la barba, se han tornado de color gris, como las cenizas de un ascua que se apaga. La comisura de los labios ya no esboza una sonrisa, la arquea el peso de la experiencia.
Hoy “siento” que el observador y lo observado, si bien son un todo global, son entes diferentes a los que el tiempo no afecta por igual.
Mi imagen reflejada en espejo es objetiva como lo son: los dolores articulares, la pérdida auditiva y de visón, y, el candor de mis nietos que me hacen saber que me tiemblan las manos. Un análisis empírico de la razón así lo confirma, pero “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.
Cuando logro despojarme de mi armadura, descubro no sin sorpresa, que el observador que contempla la imagen reflejada en el espejo no tiene edad. Es un ser que todo lo tiene pero nada posee. Su génesis el amor que se hace palabra. Su destino el retorno al silencio para “nacer”.

9 comentarios:

Ovidio Moré dijo...

Y después dices que yo soy el poeta. Esto, amigo mío, tambiém lleva implícita una tremenda carga poética. Muy hermoso y cierto.
Un Abrazo:
Ovi

Visión de un humanista dijo...

Querido amigo, agradezco tu opinión siempre es para mí un estimulo, pero “poeta” muchos lo intentamos y pocos lo somos.Tú te encuentras entre los escogidos por los dioses.
Salud
Antonio

Juansimov dijo...

Para nacer al otro lado,
sigues desaprendiendo lo aprendido
cuando todo lo de aquí ya este dado
habrás dejado mas de un candil encendido.

Un abrazo Antonio

Visión de un humanista dijo...

Para mi amigo Juan:
Después de desaprender, en el rencuentro con aquello que es lo que no es. Mí aceite vital no da para iluminar un candil, pero las ascuas del amor dado aún calentaran—durante un tiempo— el corazón de mis amigos al evocarme.
Salud
Antonio

Anónimo dijo...

Siento cierto privilegio en haber compartido sin saberlo tu autorretrato literario. Estos momentos de conexión para mi son mágicos.

Un besazo
De Jonan

Luisant dijo...

Todo lo que en los espejos vemos
es, del reptil, la piel mudada.
Y a rastras hemos llegado lejos,
arribando a la otra infancia:
menos mal que nos quedan los nietos,
los únicos que tienen importancia.
Amén

Visión de un humanista dijo...

Para mi amigo Luis
El dolor que nos causa la situación actual de nuestro tiempo (razón) lo atenúa la alegría de nuestros nietos, en la esperanza de que un mundo mejor aún sea posible (metafísica)

Que así sea

nenbega dijo...

Tu crees que alguien se gusta cuando se gusta al espejo,o el espejo no representa mas que la fuente de nuestros defectos.Seguramente solo los muertos deben estar contentos de verse reflejados, no sera el gran invento del diablo...

Visión de un humanista dijo...

Para Jordi
El espejo nunca miente, siempre refleja la imagen a la que se enfrenta, otra cosa es que nos identifiquemos con ella, como es mi caso. No creo en el demonio como elemento inductor, el bien y el mal se halla implícito en nosotros y el uno o el otro es fruto de nuestras acciones como seres libres.
Salud
Antonio