La responsabilidad sin amor nos hace desconsiderados;
la responsabilidad con amor nos hace solícitos.
La justicia sin amor nos hace duros;
la justicia ejercida con amor nos hace fiables.
La educación sin amor nos hace contradictorios;
la educación recibida con amor nos hace pacientes.
La inteligencia sin amor nos hace ladinos;
la inteligencia practicada con amor nos hace comprensivos.
La amabilidad sin amor nos hace hipócritas;
la amabilidad que brota del amor nos hace bondadosos;
El orden sin amor nos hace mezquinos;
el orden conservado con amor nos hace generosos;
La pericia sin amor nos hace querer llevar siempre la razón;
la pericia desplegada con amor nos hace dignos de confianza.
El poder sin amor nos hace violentos;
el poder detentado con amor nos hace serviciales.
El prestigio sin amor nos hace altaneros;
el prestigio asumido con amor nos hace humildes.
Las propiedades sin amor nos hace avariciosos;
las propiedades utilizadas con amor nos hace desprendidos.
La fe sin amor nos hace fanáticos;
la fe vivida en amor nos hace pacíficos.
(Anónimo)
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