Se nos cayó encima
Durante veintiocho años la ciudad de Berlín, a consecuencia de la guerra fría, estuvo dividida separando a las familias del Berlín Occidental de sus parientes en Berlín Oriental. Las familias vivieron estos casi tres lustros, con la amargura y tristeza que supone para un “ser” la imposibilidad del rencuentro entre amigos y parientes. El desmantelamiento de URSS que empezó a gestarse en año 1986 con políticas de Gorbachov, la “perestroika” (reestructuración económica) hizo posible que un 9 de noviembre de 1989 el muro fuera derribado por la ciudadanía y un año más tarde el día 3 de Octubre de 1990 se produjera la unificación de Alemania, dando lugar a la actual República Federal de Alemania.
Tal acontecimiento supuso el fin de la “guerra fría” (1946 a 1990). El miedo a un holocausto nuclear desaparece, y el mundo se relaja. Las noticias sobre las relaciones internacionales “Foreign Affairs” dejan de ser noticia. Surge con la caída del bloque comunista, una nueva idea: el “fin de la historia” al más puro estilo hegeliano, tomada de un ensayo “El fin de la historia y último hombre” (1992) del politólogo Francis Fukuyama. En que se sustenta la teoría: de que la historia humana como lucha entre ideologías ha concluido tras el fin de la Guerra Fría, iniciándose en el mundo libre una nueva manera de relación basada en la política y economía de libre mercado.
La New policy es el neoliberalismo fundamentado en la teoría económica del Premio Nobel de Económica (1976) Milton Friedman. Esta nueva política aboga por un Estado no intervencionista en la economía nacional, es decir que el control de la misma estuviera en manos del capital privado. Y extiende la creencia que el mercado se regula a sí mismo, que la competencia hará a las empresas más eficientes, y a la vez el ciudadano recibiría prestaciones a más bajo coste y de mayor calidad. Sus más dignos seguidores de su teoría neoliberal los encontramos en Ronald Reagan y Margaret Thatcher. En nuestro país fué su mayor valedor el expresidente J.María Aznar durante sus mandatos con el Programa de Modernización del Sector Público Empresarial del Estado.
En Noviembre del próximo año se celebrara en Berlín el 25 aniversario de la caída del muro de la “vergüenza”. Fuimos muchos los que celebramos su unificación, en aras de la libertad que suponía para unos ciudadanos sometidos a la tiranía política. Pero a tenor de los hechos y sus consecuencias (la globalización), que han supuesto para el mundo “libre”, soy de la opinión, que no se derribó el muro, sino que nos cayó encima.
A pesar de ello aún creo que un mundo mejor es posible.
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