¿Por qué los pobres son obesos y los ricos delgados?
Recientemente se ha elaborado un informe por El Síndic de Greuges de Catalunya Rafael Ribó, basado en una pregunta de la Encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos de la Población de Cataluña (2011), a cargo del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), el Área Metropolitana de Barcelona, la Diputación de Barcelona y el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos. En la encuesta, se pregunta a las familias si pueden permitirse dar a sus hijos carne o pescado al menos una vez cada dos días. La conclusión es que 50.000 menores de 16 años no comen proteínas de esos alimentos de forma regular. Según Ribó la investigación evidencia un “déficit de las políticas públicas que habría que corregir”, y ha considerado de “diabólico” querer negar la malnutrición. “No se puede hablar de hambre en Cataluña. Hablamos de malnutrición por defecto por razones económicas”, reafirmando que la crisis es un factor determinante en la calidad del soporte nutricional en las familias.
La respuesta del conseller de salud, Boy Ruiz, no se hizo esperar al considerar que el informe no es “científico”, y que su departamento no tomaría ninguna medida excepcional al respecto. Y apostilló “Hay acceso a las proteínas más allá del pescado y la carne, si no, los vegetarianos sufrirían déficit de proteínas”. Es cierto que la forma más científica de mentir son las estadísticas, pero lo que no puede ser es que solo sean dudosas las que no nos favorecen.
Si bien es cierto que el acceso a las proteínas no tiene por qué ser exclusivamente del reino animal, no lo es menos, que el porcentaje de ciudadanos que han escogido la alimentación vegetariana para su desarrollo biológico es aún minoritario, respecto a una mayoría que son omnívoros. La nutrición tiene un componente sociocultural, por lo que, la dificultad en un “omnívoro o carnívoro preferente” para buscar proteínas de alto valor biológico fuera de sus hábitos nutricionales, es muy elevada, lo que incrementaría sus niveles de desnutrición, así que menos sarcasmos Sr Boy. Probablemente no le iría mal, a su estética, probar la medicina que sugiere.
Según el artículo publicado en la revista Oxford Economic Papers, se analizaron los datos de la estatura media de hombres de unos 20 años de edad de 15 países europeos. Desde 1870 hasta 1980 ha aumentado 11 centímetros. En España, por ejemplo, la altura media de los hombres aumentó unos 12 centímetros (de algo menos de 163 centímetros entre 1871-1875 a cerca de 175 centímetros en 1971), mientras que en Suecia, el aumento fue de 10 centímetros (de 170 a 180 centímetros en el mismo periodo). No es difícil deducir las causas que motivan el crecimiento, obviamente están vinculadas a las mejoras sociales, y por ende mejoras en el acceso de la población a los nutrientes que hacen posible una nutrición equilibrada en cantidad y calidad, si bien la genética sigue siendo un factor determinante en el crecimiento a tenor de los expertos.
Según la nueva ciencia de la auxología -el estudio del crecimiento humano que combina las disciplinas de historia económica, pediatría, biología y sociología-, la estatura media refleja hasta qué punto le va bien o mal a una población, y es una medida mucho mejor del nivel de vida de una nación que indicadores tan convencionales como el producto nacional bruto o la renta per cápita.
Ignorar la situación de desnutrición de los jóvenes menores de 16 años en Cataluña, así como en otras Comunidades del Estado, es despilfarrar un patrimonio de futuro y avocar a la población a tiempos pretéritos, donde si bien gozábamos de sobrepeso estábamos desnutridos. Siempre me pregunte: ¿por qué los pobres éramos obesos y los ricos delgados? Era mera distinción de clase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario