A ti, que aún sin ser ya existes para mí,
quiero contarte: con tu llegada a este universo,
se cumple el proceso milenario
de transmitir lo que heredamos.
Somos hebra de una trama
formamos de un todo una parte,
aunque tal vez, te cuenten
que eres un todo aparte.
Comenzamos a morir
con la primera bocanada
del aire que nos hiere.
A vivir,
más tarde, al descubrir
que sin el “otro” no hay yo,
Que la alegría te acompañe,
haz de la sonrisa arte.
Cuando la pena te aflija,
nunca desdeñes el llanto,
las lágrimas son la savia del humano.
Haz de la mesura excelencia,
que en el oficio de hombre, es la mejor guía.
Busca el camino de la generosidad,
en él hallarás la paz del desapego,
la gloria de la humildad.
Se coherente con el decir y el hacer,
en el compromiso con tus sueños
hallarás la libertad.
"Sábete que no hay degradación e impiedad mayor,
que preferir la existencia a la verdad y por mantener la vida,
perder las causas del vivir". Junio Juvenal(Sat 8, 83-84).
Nunca olvides que
el saber sólo nos da poder,
el no lo sé, sabiduría.
La muerte, es caprichosa como la primavera
llegado el momento de partir,
que te halle preparado, colmado de ilusiones
y en paz con tu pasado.
Créeme, el objetivo de la vida se alcanza,
al dar un sentido a la muerte.
A ti, que aun sin ser ya existes para mí.
De mí para ti “Tu abuelo”
1 comentario:
Una lección de vida.
Un abrazo Antonio
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