25/2/10

Sentido común


El tema que venimos considerando es “El futuro de las Pensiones Públicas”. Debate que de forma periódica va ocurriendo desde la década de los 80. El de hoy, si cabe, tiene un mayor calado en la opinión pública por dos circunstancias: la crisis económica globalizada del capital que, está generando un paro próximo al 20% y las propuestas del Gobierno de elevar la edad de jubilación de 65 a 67 años, así como pasar de 15 a 25 años para el cálculo de la base reguladora.

Me reconozco públicamente lego de todas las ciencias, pero absolutamente ignorante de las ciencias económicas. A mí parecer, sin ánimo de  menospreciar, como ya he comentado en algún artículo, considero que los economistas son “profetas del pasado”, un porcentaje, no despreciable, de sus proyecciones de futuro no se cumplen o son rebasadas por la realidad del presente.

Entre la opinión banal y erudición científica, cabe otro matiz, el sentido común, quizás el “menos común de los sentidos” pero, no por ello carece de lógica sus planteamientos. He aquí lo que me motiva, aun siendo profano en la materia, a presentar propuestas a debatir.

Breve Historial

En el proceso histórico de la lucha de los trabajadores, hay una fecha en la que se enmarca uno de los logros sociales más significativos, cual es la reducción de la jornada laboral a ocho horas al día, cuarenta y ocho a la semana. Este logro se alcanzó en EEUU con La Ley Ingersoll, dictada el 25 de junio de 1868. En España el 3 de abril del 1919 por un decreto firmado por el Conde Romanones después de que, La Canadiense de Barcelona iniciara una huelga que mantuvo en vilo a la Ciudad Condal durante 44 días.

Las pensiones públicas de vejez, se iniciaron en Alemania con el político conservador Bismarck, que fue canciller entre 1871-1890, se consolidaron y ampliaron después de la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra, al ganar las elecciones el partido laborista, su primer ministro Clement Attlee puso en marcha El Estado del Bienestar "welfare state" basado en el Informe Beverdge del 1942. El sistema de pensiones en España tal como lo conocemos en la actualidad, se instauró hasta el 1978 con la creación de INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social). Obviamente nosotros hemos disfrutado poco del Estado de Bienestar como consecuencia de la dictadura franquista.

Ahora nos proponen que pasaremos del “welfare” al “workfare” un régimen de política de prestaciones sociales condicionadas. Ambos encarnan dos filosofías opuestas de la pobreza, de la exclusión y, consecuentemente, de la asistencia social, cuyas raíces se hunden en los modelos políticos del liberalismo y de la economía social de mercado, respectivamente. Mientras que la doctrina del welfare hace hincapié principalmente en la responsabilidad de la sociedad respecto de la persona marginada y en el derecho de ésta a la integración. En la doctrina del workfare no se basa en el principio de solidaridad, sino en el de mérito.

Si bien los avances técnicos se producen a un ritmó vertiginoso que, el de ayer ya es antiguo, el de hace una semana histórico y el de hace un mes ya no lo recordamos. Tenemos por suerte todos o casi todos algún abuelo, al que su memoria presente, la de aprendizaje le falla pero, en cambio posee intacta la del pasado. Gracias a ellos podemos evaluar, los grandes avances tecnológicos del presente, ya que sabremos de dónde partimos. Se da una paradoja que, ambos mi abuelo y yo tenemos a pesar del gran progreso tecnológico, la misma jornada laboral 48 horas semanales en la UE y en 40h España ¿Cómo es posible? Después de tanto avance tecnológico, me pregunto.

Relatar los avances tecnológicos del siglo XX y la década del XXI seria un trabajo ímprobo. Consecuencia de los mismos, un logro social elocuente, es el aumento de la esperanza de vida (de los trabajadores): 84 años en las mujeres, 80 en hombres, a día de hoy. Sin embargo nuevamente se da la paradoja de que, un bien social se vuelve contra el destinatario ¿Sera la longevidad la culpable según los neoliberales de la quiebra de las pensiones públicas y consecuentemente de la penuria de los jubilados? Nos encaminamos hacia el workfare, todo por vivir demasiado.

Durante las últimas cuatro décadas los avances técnicos tanto en el ámbito de: la industria, el comercio, las comunicaciones, han elevado la productividad generando incrementos considerables en las cuentas de beneficios, que sin embargo no se han reflejado en una plusvalía social equitativa, al capital. Es el momento de exigir al sistema dicha plusvalía, ante la propuestas del capital: planes de pensiones privados; incremento de la edad de jubilación y a medio plazo exigir vida laboral completa para el cálculo de la pensión.

Ninguno de los logros sociales en la actualidad han sido gratuitos, ignorarlo no nos librará del sufrimiento cuando los perdamos.

Propuestas

1ª) Reducir la jornada laboral de ocho horas a seis, lo que generaría un cuarto turno que, absorbería desempleados del paro lo que incrementaría el número de cotizantes a la Seguridad Social.

2ª) Conciliar la vida laboral familiar con horarios flexibles e incrementando el permiso maternal en ambos cónyuges, lo que incentivaría la natalidad.

3ª) Potenciar la atención en el domicilio a los enfermos dependientes por sus familiares directos, mediante el pago de sus salarios por el estado durante un año, en periodos alternativos de tres meses y la contratación por parte de la empresa a un suplente. Reduciría las bajas laborales inducidas por necesidad y evitaría la caída productiva.

4ª) Jubilación a los 65 años obligatoria, permitiendo la opción voluntaria de prolongar la jubilación hasta los setenta, de forma voluntaria pero cotizando, no como en la actualidad que están liberados de cotización el trabajador y la empresa.

5ª) No permitir jubilaciones anticipadas como medio de rejuvenecer la plantilla a costa de las arcas del Estado.

6ª) Crear la figura del trabajador en formación, tanto Universitarios como de F. Profesional, financiado por el Estado y el empresario de forma porcentual. Reduciríamos el número de parados del primer empleo y estimularíamos la solidaridad en el esfuerzo, sobre el individualismo del logro.

7ª) Proponer la negociación de un año sabático (formativo, cultural), con sustitución.

Todas estas ideas están abiertas a  la crítica y al debate, así como a recibir nuevas ideas y sugerencias de aquellos que lo deseen.

Conclusión

Mediante los distintos artículos publicados en el blog, he tratado desde mí ignorancia sobre los temas económicos, poner de relieve que todos podemos y creo que debemos aportar ideas. Aducir ignorancia y abogar a la resignación del victimismo, no libera de la responsabilidad que todo ciudadano tiene para con él y sus semejantes tanto en el presente como en un futuro.

Ser libre es ser capaz de pensar de otra manera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Opinión sobre tus propuestas.

1.- El hecho de reducir la jornada para poder ampliar un turno, que me parece de “Alicia en el …….”, no indicas a costa de quien va a ir el coste de esta medida.
Si, como supongo, no estarías de acuerdo en que bajaran los sueldos, o sea, trabajar menos por el mismo precio, lo que se conseguiría es cargar de más gastos a las empresas y a la vez, abaratar aún más las nuevas incorporaciones, con lo que favoreceríamos el trabajo para inmigrantes que tienen, y eso nadie lo niega, un coste de vida bastante más bajo que los autóctonos. Si la gente no pueden pagar las hipotecas, porque con el nuevo trabajo que tienen cobran menos dinero, volvemos a la crisis inmobiliaria que tantos dolores de cabeza nos estan trayendo.
Si éstas medidas sólo se aplicasen a las grandes empresas, porque las pequeñas no podrían soportar el gasto, se crearía un agravio comparativo con los demás trabajadores.
Aparte de que hay empresas que sólo trabajan 8 horas.
Cierto es que aumentaría el número de cotizantes, pero ¿a que precio social?.

2.- Conciliar la vida laboral y la familiar, es un derecho que siempre se reclama y que es un caballo de batalla en muchas empresas.
En las pequeñas, es bastante difícil conseguirlo, no porque no se quiera, sino porque no se puede.

3.- Se podría estudiar caso por caso, pero es de dificil aplicación

4.- Ahí sí estoy totalmente de acuerdo contigo.

5.- No existe. Supongo que es para descansar.

6.- También estoy de acuerdo, pero con matices.

7.- Antiguamente había la figura de los aprendices, que pagaban por aprender. De aquello, hemos pasado a que gente sin ninguna experiencia quiere cobrar como el que más.
Estoy contigo con la creación de esta figura, que daría una formación práctica sumada a la técnica que ya posean.

8.- Lo del año sabático me ha hecho mucha gracia.

De todas maneras, y como colofón a estas opiniones, te quiero hacer la consideración de que todos o casi todos los puntos de vista que haces, los haces desde una prespectiva de gran empresa.
Este pais, durante muchos años ha vivido básicamente de la empresa pequeña, y hoy en día, aún gran parte de los trabajadores estan empleados en pequeñas empresas.
Si no existieran las grandes empresas, las crisis como la que estamos viviendo quizas no nos afectarían tanto, porque los grandes despidos son los que crean la psicosis de derrumbe económico.
Y ya para terminar, me gustaría que en un punto 9, hicieras extensible todas las propuestas a nuestra inefable casta política. Que ellos tuvieran las mismas prebendas que cualquier trabajador, y las mismas obligaciones que cualquier hijo de vecino.

Emili Monera

Visión de un humanista dijo...

Hola Emili:
En primer lugar gracias por tus meditadas opiniones, pero mi propuesta son eso meras propuestas basadas en datos históricos objetivos: la jornada laboral y los avances tecnológicos acaecidos, desde la instauración de la jornada de 48 en España (1919).
Obviamente la tecnología ha hecho posible, mejora de los medios de producción y en consecuencia reducir el número de trabajadores, incrementando los beneficios empresariales, la plusvalía social no se reflejado en la misma proporción, a mí entender.
Entiendo que, ser pobre puede ser circunstancial, pero ser pobre para pedir es una desgracia, en el mundo laboral conseguir, históricamente, alguna mejora nunca ha sido fácil, lo que hoy suena utópico, a base reclamar mañana puede ser realidad.
Respuestas
1ª) Es cierto que un elevado porcentaje de trabajadores, prestan sus servicios en las Pymes, el 52% de ellas son familiares 0 trabajadores, del resto el 20% tienen entre 10 y 50 trabajadores y 80% restante entre 50 y 250. Actualmente la cotización a la S.S de las empresas está vinculada al número de trabajadores, lo cual a mayor innovación tecnológica menor cotización. Te propongo que la empresa pague a la S.S no por trabajador sino por producción. Permitiendo financiar la jubilación de todos aquellos que diversas razones han perdido su trabajo.
2ª) Nada es imposible si es necesario.
3ª) Es ya una necesidad a día de hoy, si lo es, reclamemos.
4º) Me alegro
5ª) Me tomo un respiro.
6ª) Estoy dispuesto a dialogar, todo es negociable.
7ª) Hay que inculcar el buen hacer artesano, para poder gozar del camino.
8ª) ¿Y por qué no?

Como colofón, si nada es seguro, ¿por qué sonar no es posible?
Un fuerte abrazo, de tu amigo él utópico.


Salud



Antonio