En recuerdo al poeta del pueblo Facundo Cabral, asesinado vilmente en Nicaragua.
Soy un hombre
de los que labran la tierra,
que por herencia tuvieron
la ignorancia y la miseria.
Faz morena, manos callosas
y un azadón, una yunta
y el arado, es cuanto tengo,
soy labrador.
Que en el estío recojo
lo que la tierra me da,
y cuando el sol se despierta
de su letargo diario,
a la tierra yo le hablo
de mi dolor.
Tierra bajos mis pies,
que con mis manos cultivo,
entrégame tu cosecha
por tanto sudor vertido.
Que allá en mi labranza tengo
una mujer que me aguarda,
una yunta que alimento
y unos hijos que sueñan
con un mundo que no tengo.
Tierra bajos mis pies,
que con mis manos cultivo,
entrégame tu cosecha
por tanto sudor vertido.
Mas…
hago de mi amargura un cantar,
y es mi vida tan oscura
que nadie recuerda ya,
que fue un labrador
quien hizo nacer el pan.
¡Cuan amarga
es la vida
para aquél que hace
de un surco brotar la verde espiga!
sea pues mi sino
ser de mi trabajo
mendigo.
Lausanne 1964
5 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=Qz0MC0GwW5M&feature=fvst
Triste nos quedamos sin el.
Precioso poema, sí señor. Por la firma supongo que es tuyo, como no podría ser de otra manera.
E.M.
Querido amigo, que poquito me les, si es mía y tuya pues como tú bien sabes, la poesía no pertenece a quien la crea sino a quien la lee, gracias por hacerla tuya.
Salud
Antonio
Es cierto que es una gran pérdida y sin él sentimos un vacio pero como tu bien sabes nadie muere mientras haya un corazón que lo recuerde.
Salud
Antonio
Querido Antonio. Si te leyera poquito no habría deducido tu sello personal en el precioso verso que has puesto aquí. Y te agradezco y comparto, que la poesía es de quien la lee y no de quien la escribe, aunque si no la escribieras no tendría el placer la leerla y por lo tanto, no podría poseerla.
En cuanto a tu otro comentario sobre Facundo Cabral, tengo que decir que no desaparece todo lo que se muere, sino lo que se olvida.
Gracias por ser como eres.
E.M.
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