Si no teníamos bastante con los expertos en economía que nos vaticinan, un día sí y otro también que, no percibiremos pensión alguna por vivir demasiado, ahora nos dicen que la jubilación temprana debilita nuestra capacidad cognitiva y cuyo remedio no es otro que seguir trabajando sine die. A tenor del estudio ya no basta con hacerse un plan de pensiones, para implementarla, sino que a demás hemos de morir con las botas puestas. La ciencia adelanta que es una barbaridad, la idiotez también.
Cita el artículo
Rohwedder, Susann, y Robert J. Willis. 2010. "Mental de Retiro." Journal of Economic Perspectives, 24 (1): 119-38.
DOI: 10.1257/jep.24.1.119
Resumen
La jubilación anticipada parece tener un impacto negativo significativo en la capacidad cognitiva de las personas de unos 60 años que sea cuantitativamente importante y causal. Se obtiene esta conclusión utilizando datos de una encuesta transversal a nivel nacional comparable de los Estados Unidos, Inglaterra y Europa, que nos permiten relacionar la cognición y el estado de fuerza de trabajo. Nosotros sostenemos que el efecto es causal, haciendo uso de un volumen considerable de investigaciones que muestran que la variación en las pensiones, los impuestos y las políticas de discapacidad explican la mayor variación entre los países de los tipos de media de jubilación. (De manera informal, estamos afirmando que las políticas públicas que afectan a la edad de jubilación pueden ser utilizadas como variables instrumentales para generar la variación en el comportamiento de los países de jubilación a fin de determinar el efecto causal de jubilación sobre la cognición.)
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