5/3/10

Desaprender lo aprendido

En navidad podemos recuperar de nuevo la inocencia, a través de la ilusión de nuestros locos bajitos, que nos transportan a través del tiempo y el espacio a aquellos años de nuestra más tierna infancia. Se preguntaran el porqué de este comienzo, en un artículo sobre “Desaprender lo aprendido”. Porque tiene que ver con el retorno a la inocencia.

La muerte siempre ha sido es y probablemente será, la gran incógnita de la humanidad. Durante milenios, el ser humano la asumió como el tránsito a la paz eterna, hallando consuelo en la invocación a sus deidades, al percibir el mundo natural que le rodea impregnado de sentido, sentido cuyo significado era al mismo tiempo humano y cósmico.

Con Copérnico, surge una nueva cosmovisión, dejamos de ser el centro del universo creado a ser una parte de él. El racionalismo y el empirismo que surge durante la Ilustración cumplen una función liberadora, pero paradójicamente, la nueva visión del cosmos genera angustia, al no tener una respuesta, a la finitud humana.

En algún momento de nuestra existencia, tal vez sintamos la necesidad de buscar en nuestro interior una explicación a la finitud, que no hemos podido hallar en el acontecer diario de nuestra vida. En un sistema dual de pares opuestos –bueno y malo; blanco y negro− que utiliza fronteras invisibles, para separar: el ellos del nosotros. La sensación de vacío existencial, es un nuevo comienzo al final un camino: Desaprender lo aprendido. Para retornar a la inocencia desde el saber.

Aprovechemos la oportunidad que, nos ofrece, la inocencia de nuestros seres más queridos, para meditar y volver a ella.

Citas:

Evangelio de santo Tomas, dice:

Siendo niños, ¿entraremos, pues, en el Reino? […] cuando hagáis del varón y la hembra uno solo, entonces entraréis en el Reino.

El Tao nos dice Lao Tse dice:

¿Hay diferencia entre el sí y el no?  ¿Hay diferencia entre el bien y el mal?

 […]

Tener y no tener nacen juntos.  Entre largo y corto hay contraste.

                                                                                                                                                    

2 comentarios:

Anónimo dijo...

antes de ayer viendo el lamentable espectaculo de nuestros universitarios pensaba en eso mismo.Nosotros o ellos. Si nosotros somos la verdad ellos mienten y representan el "fascismo"?

Anónimo dijo...

Personalmente no creo en las conclusiones de Mani. El dualismo, que es innegable en algunas cosas, no lo es en la valoración de estas mismas cosas. Ni "nosotros somos la verdad", ni "ellos mienten". Los distintos puntos de vista, si sabemos trabajarlos, nos engrandecen como humanos. La tolerancia siempre es positiva cuando se practica con tolerantes. En alusión al comportamiento de los estudiantes, se quejaban de la intolerancia de la persona que pide tolerancia.

Emili Monera