En los últimos treinta y cinco años hemos pasado de una dictadura militar a un sistema democrático. En este intervalo de tiempo hemos alcanzado cotas sociales inimaginables para aquellos que nacimos durante el régimen dictatorial. Aquel anhelo de ansia de libertad de los años 70 lo hizo posible. Desde las primeras elecciones democráticas en el año 1977 “Legislatura Constituyente” donde obtiene el triunfo por mayoría simple el partido de UCD de Adolfo Suárez a las últimas del 2011 han transcurrido doce legislaturas. Si descontamos las dos primeras legislaturas de la UCD al considerarlas como un periodo de transición hacia una democracia, después de casi cuarenta años de una dictadura, las cuatro legislaturas siguientes de 1982 a 1996 han sido de un claro dominio socialista de Felipe González Márquez, con porcentaje medio de votos del 42.6%, frente a un 28.22% de Alianza Popular (AP) de Manuel Fraga Iribarne.
La refundación del partido de AP tiene lugar en el congreso del año 1989 donde su fundador M. Fraga renuncia a presidir el nuevo Partido Popular (PP) a favor de su nuevo delfín José María Aznar. Este acontecimiento político y la desvinculación a la dirección del mismo de un dirigente significado en la etapa franquista como fue M. Fraga, junto a un descredito del PSOE, a tenor de la implicación de destacados dirigentes en temas de corrupción, provocó una desafección política en su militancia. Es a partir de de lo acontecido lo que permite al PP ganar las elecciones del año 1996. A día de hoy podemos constatar a tenor del porcentaje medio de votos, 37.40% para el PSOE y 41.11 para el PP, que el bipartidismo político se ha instaurado en nuestra democracia.
Muchos creímos, después de años de sumisión al poder, que con la instauración de una democracia, su significado etimológico dēmokratía” gobierno del pueblo, se correspondía con su desarrollo. Hoy podemos comprobar que si bien podemos elegir a nuestros “representantes” mayoritariamente no nos sentimos representados, al comprobar que aquellos que elegimos en su día en razón a un programa, no lo cumplen. “Del dicho al hecho va mucho trecho” y la única posibilidad que nos queda es esperar estoicamente a las próximas elecciones. Hemos permitido la impunidad a nuestros políticos aduciendo “él es de los nuestros”. Hemos incubado en nuestro seno el huevo de la serpiente, del que ha nacido una nueva casta “Los Políticos”.
Nos toca vivir en una nueva “demokratia” cuál es la Plutocracia. No nos será fácil desenrollar la madeja. Aún entendiendo la desafección política, debemos, dentro de las posibilidades que el sistema nos ha dejado, que no es otra que el voto, elegir aquellas opciones políticas, que a lo largo de nuestra breve historia democrática, más se hayan significado en el desarrollo de leyes sociales, a pesar de la desafección política que nos generan algunos de los políticos que dicen representarnos. Lo que, no es óbice, para no insistir en el propósito de alcanzar una democracia real más participativa.
Si realizamos un somero repaso de las leyes aprobadas de ámbito social y cultural durante las diez últimas legislaturas, nos percatamos de que significativamente han sido postuladas, consensuadas y aprobadas durante mandatos de ideología de izquierda, he aquí una muestra:
Proyecto de Ley Orgánica de Reforma Universitaria. 14/07/1983
Ley Orgánica de Derecho a la Educación (LODE) 20/12/1983
Ley Orgánica de Libertad Sindical 02/08/1985
Ley General de Sanidad 25/04/1986
Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE) 03/10/1990
Ley del Estatuto de los Trabajadores. 24/03/1995
Ley de Conciliación de la vida familiar y laboral de las trabajadoras 05/11/1995
Ley de la Dependencia 30/11/2006
Ley del Matrimonio homosexual 01/06/2005
Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres 03/03/2007
La ley de igualdad aumenta los días por paternidad a 15 efectivos
Nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva 05/07/2010
La norma establece un plazo de 14 semanas para abortar libremente
Las chicas de 16 y 17 años podrán abortar sin consentimiento paterno
Ley General de Salud Pública 04/10/2011
Desde hace ya unos cuantos años me vengo preguntando por qué un porcentaje de la “clase obrera” vota opciones claramente de derechas. Todo y que, las leyes que le son más favorables al colectivo, como hemos podido verificar, han sido aprobadas en legislaturas de gobiernos de “izquierdas”. He errado en la búsqueda a esta pregunta, básicamente por el enfoque, me he guiado para hallar una respuesta convincente por la “razón”, pues resulta obvio que si algo te beneficia haces lo posible para no perderlo. Así al menos yo lo entendía.
Recientes estudios de neurociencia y ciencia cognitiva—aseguran—que la gente piensa en términos de marcos y metáforas; los marcos están presentes en las sinapsis del cerebro, presentes físicamente en la forma de circuitos neuronales; cuando los hechos no encajan en los marcos, los marcos se mantienen y los hechos se ignoran. La gente no vota para defender sus intereses, en realidad votan desde sus valores morales, desde aquellos que pertenecen al marco con el que se identifican, teniendo en cuenta su historia. Un votante elegirá su opción en función de su marco emocional. Si el candidato no es competente o descubre que miembros del partido son corruptos, se abstendrá o lo harán en blanco. Tal vez busque un candidato de otro partido afín a su ideología pero rara vez dará su voto a una ideología contraria.
La militancia de izquierdas en nuestro país es más sensible emocionalmente al engaño y corrupción que la derecha, por el contrario el lenguaje de de los políticos de derechas conecta con los valores “morales” de su militancia mejor que el de la izquierda con los suyos. El vocabulario de eufemismos del que hace gala la derecha permite no quebrar el marco emocional del ciudadano. Pues como decía Ramón del Valle Inclán “El pensamiento toma su forma en las palabras como el agua en la vasija”. Así tenemos que un tertuliano periodista de un diario de ideología de derechas, llame a una guerra “reequilibrio demográfico”. Los aviones bombarderos “hacen salidas” ¿A qué?. A las bombas se las atribuye “inteligencia”. Los óbitos por ellas “son efectos colaterales”.
El Ejecutivo llama a la amnistía fiscal “ley de regularización”. A la reforma laboral “flexibilización de las condiciones para evitar el despido”. A los recortes sanitarios “copago progresivo de los medicamentos”. A la subida del IRPF “recargo temporal de solidaridad”. A la subida del IVA “subida de impuestos indirectos en términos hacendísticos”. A la subida de los carburantes “impuesto medioambiental”. A la reducción de las prestaciones públicas en materia de sanidad “racionalización y modernización en la prestación de los servicios públicos esenciales”. Al incremento del 10% del precio de los medicamentos se le llama “racionalización de la demanda farmacéutica”. La práctica eliminación de la atención a la dependencia se convierte en una “reforma”. La reforma de las tasas judiciales (aumento), es para de evitar “una excesiva saturación del sistema judicial” y continuará.
Estemos atentos a la perversión del leguaje para que, no sea el factor emocional sino la razón, la que ilumine nuestro sendero.
2 comentarios:
Podríamos hacer en el ágora una limpieza selectiva por calor de parlamentarios electos , o lo que es lo mismo quemar a los políticos en la plaza del pueblo.
Toda revolución tiene sus víctimas. Al agua corrompida hay que agitarla para que se oxigene y retorne la vida. Ten paciencia que todo se andará.
Antonio
Publicar un comentario